STAFF/Marina Alejandra Martínez
El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Guillermo Valencia Reyes, exigió suspender la sesión solemne programada en Apatzingán este 22 de octubre, al afirmar que “no hay nada que celebrar” tras el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo Manríquez.
Durante una declaración ante medios, el legislador priista denunció que el Gobierno del Estado simula resultados en torno al caso, luego de anunciar la detención de un presunto implicado.
Cuestionó que se haya difundido la captura de un supuesto autor intelectual sin pruebas sólidas.
“El fiscal ya dejó claro que no hay forma de comprobar que el detenido tenga relación con el homicidio. Fue un montaje para aligerar la carga de responsabilidad”, señaló Valencia, al recordar que este tipo de maniobras eran frecuentes durante la gestión del anterior fiscal, Adrián López Solís.
El dirigente tricolor lamentó que la impunidad persista en casos emblemáticos, como el asesinato del activista Hipólito Mora, lo cual —dijo— incentiva a los delincuentes a seguir actuando con total libertad en la región de Tierra Caliente y el resto de la geografía michoacana.
Valencia subrayó que Bravo fue una de las pocas voces que se atrevieron a denunciar públicamente las extorsiones que productores, cortadores y empacadores de limón padecen desde hace más de una década a manos del crimen organizado.
“No puedo creer que alguien con ese nivel de amenaza solo tuviera dos escoltas”, expresó con indignación.
Finalmente, reiteró su exigencia de justicia y aseguró que continuará alzando la voz desde el Congreso del Estado.
“La mejor forma de honrar a Bernardo Bravo es no quedarnos callados. No dejaré de protestar hasta que erradiquen ese cáncer que esclaviza a los limoneros bajo el cobro de cuotas”, concluyó.
