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“El legado de Bernardo es ahora un movimiento social, pero un movimiento de paz, un movimiento pacífico”, fue el mensaje que dio desde Morelia Amelí Gissel Navarro Lepe, esposa del líder limonero asesinado en días pasados, Bernardo Bravo Manríquez.
“Son hechos que a final del día no deberían de ocurrir, ni con Bernardo, ni con ninguna otra persona, en cualquier municipio o Estado que sea un Estado con democracia y con derechos”, destacó con la voz conmovida pero firme.
Fue luego de una caminata en memoria del citricultor llevada a cabo esta tarde en la capital michoacana, que familiares y amigos, arribaron a la Catedral de Morelia para la realización de una misa, como parte de su novenario.
Antes de ingresar a Catedral, se detuvo a brindar un mensaje a los medios de comunicación, agradeciendo todos los mensajes de apoyo por parte de la ciudadanía hacia su esposo.
“Hoy me dirijo a todos ustedes con mi profunda gratitud, reconocimiento, por las sentidas muestras de solidaridad para mí, para mi hija e hijo, para mi familia; por las sentidas palabras hacia mi esposo, Bernardo Bravo Manríquez, productor citrícola, líder social, gente de campo, de trabajo”, expresó.
Asimismo, enfatizó que, pese al profundo dolor que la embarga, seguirá transmitiendo el mensaje que Bernardo defendió en vida.
“Me sostiene su legado, me sostiene el querer sostener su voz, hacer eco de su voz, la intención de esta marcha pacífica es retomar y promover su mensaje, un mensaje claro y contundente de paz, de paz social sostenible y verdadera; esa que sólo depende de actos justos y que cada quien haga lo que le corresponda”, apuntó.
Finalmente, refirió que la lucha de Bravo Manríquez se convierte, con su partida, en un movimiento, “un movimiento de paz, legitimado por el más grande órgano del estado, el pueblo, la sociedad”, concluyó.
