STAFF/ Alberto Infante-JALRAIN
La comitiva organizadora del 51 concurso de la Raza Purépecha de Zacán, guardó las críticas que realizó hacia el gobierno del Estado, teniendo a la Titular de la Secretaria de Cultura de Michoacán, Tamara Sosa Alanís a lado.
Mientras que en días pasados la comitiva integrada por la Presidenta de la organización Ireri Oseguera y el secretario de la misma, habían denunciado junto al Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) la falta de apoyo y hasta cierto punto olvidó de parte de las autoridades estatales, el día de hoy presentaron la convocatoria para dicho evento en compañía de la SECUM.
Este reportero le pregunto y recordó a Ireri Oseguera Cortés, ¿Qué si con el apoyo brindado ya se podía considerar que el gobierno del Estado valoraba de mejor manera al concurso? Pues citando a la joven organizadora, dijo «el gobierno del Estado no lo valora como la población».
Respondió «Sí, nos voltearon a ver, si analizaron las necesidades… no estamos pidiendo grandes cosas solo lo primordial para que este evento sea lo más digno para los participantes».
En este sentido, recalcó que los asistentes al concurso solo van con la promesa de ganar el premio, pero no se les apoya con viáticos, pero sí con comida, hospedaje y un camerino digno.
Otra de las peticiones que realizaron fue que querían 2 millones de pesos de presupuesto como la K’uinchecua, a pesar de que se mencionó este punto, no tomaron la palabra para refrendarlo y se quedaron con la explicación de la funcionaria, quien pidió que fueran responsables con estos presupuestos y que esa cantidad excedía cualquier presupuesto.
Y en este tenor, les dieron un total de 600 mil pesos, de parte de SECUM 200 mil, 100 pesos de una dependencia no nombrada y 300 de parte de Gobierno del Estado.
También se les cuestionó acerca de ¿por qué no buscan inversión privada o maneras de que el concurso sea autosustentable? Incluso la SECUM comentó que a través de su dependencia se podría buscar apoyo de otros países a manera de Internacionalizar este evento y que sea más llamativo.
Pero reiteraron que no quieren que se pierda la esencia del cincuentenario evento, y que recurrir al sector privado podría distorsionar lo que por tantos años han cuidado.
Por otro lado, y por último, remarcaron que si bien están comprometidos con el medio ambiente, se seguirá utilizando material desechable para la comida y para el festival del atole, pidiendo que hagan paro y cada quien lleve su plato y su taza al evento.
Cabe mencionar que en la experiencia pasada del 50 aniversario, al que este reportero pudo asistir a la segunda noche de participaciones, los camerinos estaban hechos con una estructura de metal cubierta con lonas blancas y parte de la estructura que se encuentra detrás del escenario principal.
También muchos artistas comentaron que solo llegaban y esa misma noche regresaban a casa por no contar con hospedaje o por la cercanía de su pueblo de origen, si bien lo presentado es muy vistoso suele pasar factura la cantidad de participaciones, pues se pueden llevar horas de danzas, música y puestas en escena una tras otra.
Además, los costos al consumidor suelen ser elevados un atole te puede costar entre 60 o 100 pesos la taza dependiendo el sabor, si bien la cuota de recuperación para ingresar a la función solo es de 10 pesos, la comida de los puestos en venta también elevan un poco sus costos, aunque para los locales y artistas se tiene una área de comida gratuita.
