STAFF/ Marina Alejandra Martínez
Entre consignas, reclamos y el eco de la palabra “¡Traidor!”, el Movimiento de la Sombreriza no olvidó a Conrado Paz Torres luego de que sintieran que el diputado local les diera una puñalada por la espalda para sumarse al aurinegro cuando obtuvo su curul gracias a ellos.
Fue en la sesión extraordinaria del Congreso del Estado, durante la toma de protesta de Grecia Quiroz García como nueva alcaldesa de Uruapan, en medio del ambiente cargado de tensión política, el diputado Conrado Paz Torres fue el blanco de los reclamos tras su decisión de sumarse al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
La 76 Legislatura vivió una jornada encendida, pues decenas de asistentes, entre sombreros y gritos, coreaban “¡Fuerza Uruapan! ¡Fuerza Michoacán!”, mientras el recién incorporado diputado perredista intentaba mantener la compostura.
Paz, quien ganó su diputación local en 2024 gracias al respaldo del movimiento independiente, fue señalado por sus antiguos compañeros como «traidor».
“¡Traidor! ¡Traidor!”, le gritaron sin tregua cada vez que realizaba algún movimiento desde su curul.
Su decisión de incorporarse al PRD fue vista como una “puñalada por la espalda” para el movimiento que lo llevó al Congreso y para su compañero Alejandro Bautista Tafolla, quien permaneció solo en la trinchera original.
Durante la votación nominal para designar a Grecia Quiroz como presidenta municipal —tras el asesinato de su esposo, Carlos Manzo—, todos los legisladores emitieron su voto a favor.
El último en hacerlo fue Paz Torres, quien apenas alcanzó a pronunciar: “Conrado Paz, a favor” y acto seguido, la palabra “¡Traidor!” retumbó nuevamente en el recinto. Sin apoyo de su nueva bancada ni de sus asesores políticos, el legislador uruapense quedó aislado. Uno de sus asesores intentó retirarlo discretamente del pleno, quizá para resguardarlo de la tensa situación.
Al momento de la protesta de ley de Grecia Quiroz, las consignas se transformaron en porras de aliento.
“¡No estás sola, Grecia!”, “¡Carlos vive!”, mientras la viuda asumía formalmente el cargo ante un Congreso saturado de reporteros y legisladores vestidos de negro.
Solo unas pocas excepciones rompieron el protocolo luctuoso, las diputadas Diana Mariel Espinoza, vestida de blanco; Sandra Olimpia Garibay, con atuendo blanco y negro; y Alfonso Chávez, de azul.
En paralelo, el diputado priista Guillermo Valencia Reyes dedicó su intervención a recordar a los héroes asesinados por la delincuencia, pero fue interrumpido por el petista Baltazar Gaona, quien le pidió “dejar esos discursos para una sesión normal”.
La tensión subió cuando Valencia le respondió, llamándolo “palero” en alusión a su servilismo con la Cuarta Transformación.
El ambiente político fue un hervidero, Bautista Tafolla colocó un moño negro sobre su curul, mientras la fracción del Partido Acción Nacional (PAN) desplegó una gran lona exigiendo justicia para el alcalde asesinado, el mejor de México, según su mensaje.
La sesión terminó entre entrevistas frustradas, ya que el equipo de la nueva alcaldesa pidió a la prensa reubicarse para finalmente sacarla por otra puerta, evitando los micrófonos.
