SOFTNEWS

De “maricón” a “puñal”

Por: Oswaldo Calderón

Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.
Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.

Casi en plan de chisme como verduleras –uso coloquial para chimoleras-; pues ahora resulta que de dos querellas y no querendonas, entre quejosos periodistas poblanos y provincianos (de provincia y no en el sentido peyorativo) (poblanos de Puebla y no del uso afectado del lenguaje cuando dicen: “Nosotros poblanos la tierra”); ¿dónde “íbanos”? ¡Ah, sí! Pues de una rebatinga entre uno que se presume “buga” (heterosexual)(el ofensor) y otro gay (divertido)(el agredido), que al final resultó nada divertido; sino más bien, insufrible; resuelve la SCJN al sentar jurisprudencia -sin prudencia alguna (sentar de establecer y no de poner el culo)-, en el sentido de los vocablos “maricón” y “puñal” como expresiones homófobas en contra de la libertad de expresión y sitúa las bases para poder demandar por daño moral al usar tales “palabrejas” de origen “sucio” y “pecaminoso”, que atentan contra la moral y harta buena costumbre de oídos castos y puritanos. Decisión de parte de los ministros, que me parece muy ortodoxa y autoritaria.

Parece un trabalenguas jurídico que en el sentido real, es más una forma disfrazada para aleccionar a la prensa en asuntos que deberían competer más a la lingüística y las teorías queer, que a los ministros de la corte. A mí me parece una mariconez irse a quejar de un asunto tan frívolo y una puñalada nada legal –de puñal y de legalidad, no de marca de café-, resolver sobre asuntos de la lengua, normativizando las formas y los usos de la misma, por parte de la corte –no de cortar, ni de real y sí de tribunal-. La censura de parte de quien venga sobre la lengua, el lenguaje y sus aplicaciones, pues es censurable. El lenguaje se adapta a sus pobladores, adquiere un significado personal y un alma diferente entre sus hablantes; la riqueza del lenguaje no es asunto de la jurisprudencia.

            De la palabra maricón (sin entrecomillado) y puñal, la RAE nos ofrece una acepción muy parca; aunque sabemos que en asuntos más profundos con respecto al significado de las palabras, la RAE siempre deja mucho que desear y en ese sentido, sería la consulta menos apropiada para resignificar una mariconada  como maricón. Utilizar la palabra maricón o puñal, no siempre precede a la significación peyorativa o intolerante y mucho menos dolosa; la significación dentro de los términos más amplios pueden llevarnos desde la simple metáfora o la comicidad, hasta la militancia y la identidad. Para el español Paco Vidarte, la utilización del lenguaje políticamente incorrecto tiene su importancia en la verdad dicha ontológicamente sobre la palabra, su fuerza y contundencia de sí misma como lo menciona en su “Ética Marica”, en contraposición un poco con la reivindicación de la ética mundial de Hans Küng. (Osma, 2008).

            Para Carlos Fonseca y María Luisa Quintero, profesores investigadores de la UAEM, la resignificación del insulto “consigue reafirmar que la opción sexual distinta es un derecho humano” (Carlos Fonseca Hernández, María Luisa Quintero Soto, 2009). La libertad –incluyendo de expresión- y la razón abstractas no deben estar al servicio de la normatividad ni crear jurisprudencia desde los intereses de particulares. La connotación ofensiva del vocablo “maricón” sólo lo es en el sentido más amplio que le dan los heterosexuales y no siempre en sentido peyorativo — ¡Acúsalo con tu mamá!—; en cambio entre homosexuales su significación es distinta, resulta identitaria y militante. ¿Cómo se puede sentar jurisprudencia sobre un vocablo donde su utilización más amplia compete al imaginario cultural?

            Cuando la palabra maricón anda en busca de su resignificación, en ese momento de riqueza y deja de ser un sustantivo y con el puñal montan trifulca semántica para volverse adjetivos y alguno habrá de ganar la partida para coronarse como verbo. “En un cajón hay un puñal.” Reza Borges; no imagino si quería decir que hay en el closet un maricón. “… el terrible oficio de puñal…” Y Lorca podría recibir una demanda post-mortem. “…la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei…” desde el prólogo de “La puta de Babilonia” de Vallejo podemos encontrar cientos de miles de metros donde cortar, demandar, ganar casos frívolos y hacer leyes sin sentido; pero prefiero, que las palabras sigan teniendo su propia ley, su curso natural y encuentren en las bocas de los gentiles, su mejor uso.

            De ser posible y en el sentido más irónico posible, propongo poner en tela de juicio las siguientes palabras, para que los ministros de las cortes decidan su futuro: lila, rosa, torcido, puta, puto, mariquita, margarita, lencha, tortilla, panela, verga, pito, alegre, sospechoso, alicaído, manicaído, malicioso, inmoral, ojoalegre, incompleto, malogrado y un larguísimo etcétera de trecientas mil palabras más que se me ocurren. ¿Usted cuáles propone?

            Me despido por hoy queridos lectores, esperando sus comentarios y les dejo mi tuiter @oswaldisimo o mi feisbú oswaldovampiro para lo que gusten.

Facebook.com/ColumnaChangoonga

Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas  y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!

Botón volver arriba