STAFF / Matilda Martínez
Durante años, la omisión y complicidad de autoridades con el crimen organizado, incluso en las más altas esferas del gobierno estatal, marcaron a Michoacán como un estado “inseguro, corrupto, violento e inepto”, afirmó el gobernador, Silvano Aureoles Conejo, al brindar su primer informe de actividades.
Ante gobernadores de distintas partes de la república, servidores públicos federales y estatales, lamentó que durante muchos años, Michoacán haya padecido un clima de inseguridad y zozobra.
Aunado a la omisión y complicidad de autoridades con el crimen organizado, que lograron ensuciar la imagen de la entidad.
“La precariedad del estado de derecho, la debilitada condición de las instituciones, la improvisación irresponsable y en ocasiones el dolo evidente, llevaron a Michoacán a una situación de zozobra y postración extrema”, manifestó.
Recordó que hace que asumió el mandato, Michoacán se encontraba en circunstancias “sumamente críticas”, con el enfrentamiento y la discordia que prevalecían entre la sociedad”, y que estuvieron a punto de convertirse, “literalmente, en una guerra entre hermanos, capaz de demoler nuestro modo de vida y estabilidad hasta sus cimientos”.
Dijo que la transformación no será inmediata, pero sí paulatina y no permitirá que la misión se desvíe, que decidan los grupos que no quieren a Michoacán, o que regrese la corrupción y la impunidad.
