
STAFF/Marina Alejandra Martínez
Guillermo Valencia Reyes, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), justificó su ausencia en la 76 Legislatura al acusar a varios de sus homólogos de estar ligados a la delincuencia organizada.
Aseguró que el Congreso del Estado no es más que una “oficialía de partes” del Ejecutivo estatal y un espacio de simulación.
El priísta señaló que evita asistir a las sesiones porque no quiere ser fotografiado con legisladores que, según él, tienen “vínculos oscuros” con la delincuencia.
«Me da no sé qué estar sentado junto a personas con dudosos vínculos, oscuros, de verdad ahí hay mucho delincuente y me da pena, antes había políticos vinculados con el crimen, ahora no, ahora hay integrantes del crimen organizado y a mí me da pena, y si en la historia de mi vida salen esas fotografías, pues estoy en una encrucijada, porque si voy y me siento con esos personajes sería lamentable», acusó.
Sin embargo, reconoció que sigue cobrando su sueldo como diputado, aunque afirmó que todo lo destina a obras sociales, como la reciente pavimentación de una calle en Tierra Caliente.
Durante su habitual rueda de prensa, Valencia Reyes fue cuestionado sobre por qué sus señalamientos contra Morena no los trasladaba al pleno, a lo que respondió que no tiene sentido debatir en un Congreso que solo avala las decisiones del gobernador.
En contraste, los partidos de oposición, incluido el PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), han optado por evadir los debates en el Congreso.
Esto ha facilitado que el partido obradorista imponga su mayoría sin resistencia, con la única excepción del Partido del Trabajo (PT), que rompió con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y ha sido el único bloque opositor real en estos momentos en el parlamento michoacano.