STAFF/ Marina Alejandra Martínez
El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Guillermo Valencia Reyes, aseveró que, la violencia y persecución aqueja a la clase política, al revelar una serie de incidentes violentos perpetrados por los cárteles de la droga o del mismo gobierno federal, contra actores públicos de diversos niveles.
En su habitual encuentro semanal con los medios de comunicación, el líder de la tribu tricolor michoacana, declaró que, incluso su dirigente nacional, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, ha advertido que, los senadores del PRI, están siendo presionados y amenazados por el crimen organizado.
«El crimen organizado, ha estado amagando y amenazando a integrantes de nuestro partido y bueno, pues, la sociedad, debe de tener en cuenta, que los priístas, no los vamos a traicionar, vamos a hacer valer su confianza, vamos a hacer valer su voto a diferencia de los que ya traicionaron y que, se robaron la esperanza de ser oposición», manifestó.
Como ejemplo de esta persecución, Valencia, mencionó la detención del senador por Campeche, Daniel Barrera, miembro de Movimiento Ciudadano (MC), un hecho que, calificó como ilegal, ya que, el emecista, cuenta con fuero constitucional.
«Las autoridades secuestraron al senador Daniel Barrera, de Campeche, lo cual, es una muestra clara del nivel de presión que están ejerciendo y desde aquí, expreso mi solidaridad a mis compañeros y compañeras, de Movimiento Ciudadano, que han demostrado, quiero decirlo, un temple», aplaudió.
Asimismo, reveló que, al menos cuatro presidentes municipales en Michoacán, han enfrentado dificultades al iniciar sus administraciones, debido a las amenazas de los cárteles de las drogas.
Pese a ello, señaló que, todos han cumplido con su deber en sus respectivas localidades, aunque, no ofreció más detalles, para no comprometer su seguridad.
Valencia, también, compartió un incidente personal reciente, donde fue interceptado en las carreteras michoacanas por sujetos armados, hecho que, ilustra la gravedad de la situación de inseguridad en la región.
«Llegué en chinga por un bolillo, pero de verdad es muy triste lo que está pasando», ironizó.
Lamentó que, los michoacanos, ya no solo viven asustados, sino que, están inmersos en una ola de violencia constante.
Concluyó advirtiendo que, dada la persecución y presión que ejercen tanto las autoridades federales como los cárteles, México, se asemeja cada vez más a Venezuela, un indicio preocupante del rumbo que tomará el país en los próximos años.