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De acuerdo con la OMS y su nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), ha declarado que la adicción a los videojuegos es nada más y nada menos que una enfermedad.
Fue a partir del 1 de enero del 2022, la Organización Mundial de la Salud incorporó la adicción a los videojuegos a su lista de trastornos adictivos; hecho que supone que todas las personas adictas a los videojuegos ya serán consideradas como “enfermas”.
Para la OMS, la adicción a los videojuegos es un “patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente”, definición que aplica tanto para los juegos digitales y videojuegos, en cualquiera de su modalidad: online y offline.
Cabe destacar que la clasificación del uso excesivo de videojuegos como enfermedad, ya había sido aprobada por la OMS desde 2019; sin embargo, es hasta el 2022 cuando ha entrado en vigor está nueva consideración clínica del sobreuso de videojuegos.
La OMS considera que la adicción a los videojuegos es una enfermedad porque provoca “un deterioro significativo en el funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional y en otras áreas”, es decir, cuando el individuo tiene adicción a los videojuegos todos los ámbitos de su vida comienzan a verse afectados.
Así mismo la organización indica que dicha adicción y su diagnóstico, llega cuando las personas presentan comportamientos negativos que dañan su salud.
Cabe señalar que la OMS dio a conocer las principales señales para detectar la adicción a los videojuegos, los cuales son:
- Poco control o control deficiente sobre el juego en cuanto a su inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación o contexto.
- Nivel de prioridad que se le da al juego. Es decir, cuando se le dedica más tiempo del debido dejando de lado otros intereses cotidianos.
- Continuación del juego a pesar de las consecuencias negativas (mantenerse jugando sin tomar en cuenta los riesgos de salud).