
STAFF/Marina Alejandra Martínez
Tras el asesinato del presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo Manríquez, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, emitió un llamado urgente y enérgico a todos los sectores de la sociedad y autoridades para restablecer la paz.
No obstante, reconoció que estos exhortos se encuentran rebasados por un sector de la población que no quiere escuchar.
El jerarca católico enfatizó que los llamados a la paz no son automáticos ni mágicos, y dependen de la voluntad de quienes deben dejarse influenciar por la oración.
“Ahí está la oración que hacemos en todos los espacios y quien quiera dejarse influenciar por la oración, ahí está. Son llamados que no son automáticos ni mágicos, implican la responsabilidad y el compromiso de las personas. Nosotros, los que somos líderes en este tema, seguiremos creando y buscando alternativas, pero no es porque yo lo digo automáticamente se tenga que hacer”, señaló.
El arzobispo subrayó que aquellas personas involucradas en actividades ilícitas deben escuchar la palabra de Dios para que los llamados a la paz no sigan siendo ignorados.
“Son rebasados en cuanto a la respuesta de las personas, pero seguiremos haciéndolo. Tengo 20 años haciéndolo y seguiré haciéndolo con toda la convicción que pueda tener y con todos los elementos que a estas alturas tengo de experiencia para construir la paz”, refirió.
Asimismo, Garfias Merlos informó que la Arquidiócesis de Morelia cuenta con 36 Centros de Escucha para víctimas de la violencia, con el propósito de brindar atención integral a quienes han sufrido agresiones de manera directa.
Agregó que la institución se une al duelo por el asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, manteniendo viva la esperanza de una sociedad justa y pacífica, “donde reine la equidad para quienes ganan su sustento con esfuerzo diario”.
