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Con el asesinato de la presidenta municipal de Tepalcatepec, ya suman seis alcaldes asesinados en Michoacán desde febrero de 2022.
El primer caso ocurrió el 5 de febrero de 2022, cuando el priista Enrique Velázquez Orozco, entonces alcalde de Contepec, fue privado de la libertad y hallado sin vida dos días después. Su cuerpo tenía huellas de violencia y fue abandonado en un terreno baldío, marcando el inicio de una serie de ataques contra alcaldes michoacanos.
Un mes después, el 10 de marzo de 2022, fue ejecutado César Arturo Valencia Caballero, presidente municipal de Aguililla por el Partido Verde Ecologista de México. Apenas llevaba seis meses en el cargo cuando fue baleado al salir de la presidencia municipal.
Pasaron dos años hasta que el 30 de marzo de 2024, el alcalde de Churumuco, Guillermo Torres Rojas, del partido Morena, fue asesinado en una taquería, en presencia de su familia. Su municipio vivía una crisis institucional: no tenía regidores, la síndica había renunciado tras sobrevivir a un ataque, y hasta el personal de limpieza evitaba colaborar con el Ayuntamiento por miedo.
A este crimen le siguió el de la panista Yolanda Sánchez Figueroa, alcaldesa de Cotija, quien fue emboscada y asesinada el 3 de julio de 2024. Ya había sobrevivido a un intento de asesinato meses antes, cuando fue secuestrada brevemente en Jalisco.
El quinto caso fue el de Salvador Bastida García, presidente municipal de Tacámbaro por la coalición Morena-PT-PVEM. El 5 de junio de 2025, al llegar a su casa, fue atacado junto a su escolta; ambos murieron. Bastida había sido señalado por presuntos vínculos con el CJNG y semanas antes se le había retirado la protección estatal.
El más reciente ocurrió en la mañana de este 17 de junio, cuando la morenista Martha Laura Mendoza Mendoza, alcaldesa de Tepalcatepec, fue asesinada a balazos junto a su esposo frente a su domicilio. Su hijo adolescente resultó herido. Se señala que tenía parentesco con Juan José «El Abuelo» Farías, líder del cartel de Tepalcatepec.
Hasta ahora no se han dado conocer avances importantes en las investigaciones. Aunque los casos han pasado en distintos municipios, todos muestran lo mismo: ser presidente municipal en Michoacán se ha vuelto algo muy riesgoso, sobre todo en zonas donde la violencia ya es parte del día a día.