STAFF/Marina Alejandra Martínez
Una escuálida manifestación fue organizada por el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en la plaza Melchor Ocampo de la capital michoacana, en aparente respaldo al pueblo palestino, pero sin lograr captar atención ni respaldo social.
Apenas seis personas, portando banderas palestinas y una bocina, se colocaron a un costado de Catedral para exigir un alto al fuego y denunciar lo que consideran un genocidio.
La escena fue casi fantasmagórica, no más de una decena de individuos, ningún ciudadano atento, y una única oradora que, con voz elevada, pedía detener el conflicto armado, el sufrimiento de la niñez y los crímenes de lesa humanidad.
No se escucharon otras demandas ni se observaron pancartas o consignas más allá de dos banderas y una postura evidente, aunque solitaria.
El FNLS no logró articular una protesta sólida ni generar simpatía ciudadana.
La ausencia total de apoyo por parte de transeúntes confirmó que la causa, aunque legítima en el plano internacional, fue utilizada en Michoacán con una forma de movilización disminuida y sin conexión real con el entorno social local.