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En menos de 10 segundos, la vida les cambió para siempre a los 4 integrantes de la familia Hernández Yepez la noche del pasado jueves 30 de enero mientras circulaban por el Libramiento Norte, eran minutos antes de las 8 de la noche.
De un momento de felicidad y plena alegría, en un instante pasaron a la tragedia fatal que les marcará para siempre, que les dejará huellas, heridas y lesiones más allá de las físicas en el cuerpo, en el alma, en el corazón, a Naomi Guadalupe, Eduardo Estéfano y Maximiliano, los papás y el hermanito de Abraham Eduardo, «Lalito» o «El Güero, Güerito», cuya existencia quedó cortada a los 10 años de edad, en el Hospital Infantil, después de ser trasladado luego de haber sido extraído del carro en el cual quedó prensado. El chofer del camión de carga contribuyó significativamente al primer auxilio de los heridos.
El cuerpo de Lalito no soportó las lesiones en su cabeza que finalmente resultaron mortales. Su papá alcanzó a despedirse de él en el nosocomio. Su mamá no, sus heridas fueron más graves. De hecho, Naomi, de 30 años, apenas fue dada de alta ayer martes del Hospital Civil, donde recibió un maltrato hospitalario.
Ayer martes también fue el cumpleaños 32 de Eduardo Estéfano. Un padre cuyo festejo fue un funeral en el cual imploró a su pequeño Abraham que despertara, que dejara de estar dormido…
Naomi no puede moverse en lo absoluto. La sacaron de entre los fierros retorcidos fracturada de la columna y cervicales, tiene que estar en cama, al menos 4 semanas totalmente inmovilizada, soportando más allá del dolor de los huesos, el dolor de perder a un hijo, y de la forma en la que lo perdió, o más bien, que se lo arrebataron.
Iban apenas saliendo de Soriana
Minutos antes de la tragedia, esa noche de viernes los Gutiérrez Yepez estaban felices, muy contentos, tenía excelentes planes en familia para ese mismo fin de semana: Los 4 se quedarían a dormir en casa de los abuelos aprovechando el puente vacacional, y acudirían a un bautizo de una primita de Abraham, justo por eso pasaron a Soriana de Torreón Nuevo, a comprar artículos para ese festejo. Y el martes el padre de familia celebraría su cumpleaños número 32.
«Andaban como nunca, andaban muy felices los 4, muy contentos listos para llegar a la casa de los abuelos» compartió una voz de la familia, entrevistada por Changoonga.com y de quien nos reservamos su nombre por cuestiones de seguridad.
Los Gutiérrez Yepez entonces se enfilaron al Libramiento Norte una vez con sus compras encajueladas, y estaban justo por decidir a dónde iban a cenar cuando la luz se apagó.
«No vi nada, no lo vi, no vi sus luces, solo vino el golpe de repente» contó Eduardo a su gente. Enseguida quedó en shock. Perdió el conocimiento. Lo que recuerda entonces son las indicaciones de los cuerpos de emergencia y los lamentos de su esposa e hijo. Maximiliano, el hermano menor de 9 años milagrosamente solo resultó con golpes menores en brazos, fue el menos lesionado de la familia.
Pero Noemí, Eduardo y el pequeño Abraham estaban totalmente prensados, y las labores de su rescate no fueron nada sencillas luego de que su auto, un Ford Fiesta negro, fue a impactarse de frente contra un camión de carga de cemento, después de que Raymundo «L», de 28 años, el irresponsable conductor de una BYD Song Plus, color blanco, matrícula PRH601D, los chocó por detrás y los proyectó, los hizo ‘sandwich’ en términos coloquiales.
Muerte de Abraham fue por falta de ‘precaución’ del conductor: Fiscalía
A decir de la Fiscalía de Justicia del Estado, el dictamen de causalidad de hechos de tránsito del caso, -el peritaje- concluye que la causa que dio origen al accidente «fue por la falta de precaución y cuidado por parte del conductor Raymundo L.»
El comunicado además señala que «se cuenta con certificado médico y químico del investigado» sin dar más detalles, en medio de señalamientos de que el conductor estaba visiblemente bajo los efectos del alcohol por la conducta errática mostrada, e inclusive bajo sospecha de estar bajo efectos de sustancias.
Este medio de comunicación tuvo acceso a material de pruebas que muestran que el conductor responsable Raymundo «L» y su acompañante, se pusieron a jugar en sus aparatos telefónicos a la espera de apoyo, que llegó con su papá, el empresario y expresidente del Consejo Coordinador de Michoacán [CCEM] Raymundo López Olvera, quien se paró en la escena del accidente para cuidar a su hijo, quien lucia como si nada.
«Nosotros vimos al papá hablar por teléfono y decirle a un policía ‘ya está arreglado’ y luego se llevaron a su hijo a Barandilla, pero se notó una protección en su entorno para que no nos acercáramos a él» contó otro de los familiares que acudió enseguida al llamado de auxilio de los Gutiérrez Yepez.
«El muchacho [Raymundo] se notaba que no estaba consciente de la tragedia que había provocado, se quedó arriba de su carro como si nada, mientras su papá le arreglaba todo» repuso otro testimonio familiar.
«Lo que más nos duele», dicen, es que el empresario se acercó a uno de los abuelos de Abraham y le indicó que sus abogados y el seguro se harían cargo y los contactarían, a lo cual el asegurador de Quálitas les informó que les darían «tres pases médicos» sin especificar a qué nosocomio. Los pases nunca llegaron, y los dos pequeños debieron ser trasladados al Hospital Infantil, y los dos papás al Civil.
Al día siguiente, el viernes 31 por la mañana, fallecía Abraham por traumatismo craneoncefálico y paro cardiovascular, pero alcanzó a despedirse de su papá, de tomarle la mano por última vez, antes de partir.
«¡Mi hermanito nos salvó! Yo vi como nos abrazó cuando nos chocaron» asegura Maximiliano, quien tras el choque se ha evadido de su entorno, y cuyo daño psicológico aún no se puede medir, pero los efectos ya los resiente.
¡Él te sabía todo sobre dinosaurios! …nos han destrozado el alma
La familia Gutiérrez Yepez resiente el desdén de Raymundo «L» y su padre. «No queremos nada, no queremos sacar provecho, no queremos pleito [legal] sabes que se pueden cometer errores, pero que no se hallan ni acercado a pedir perdón y solo gestionaron la protección del responsable, eso nos duele… ¡Nos destrozaron el alma!», cuenta una de las tías de Abraham.
Acusan que apenas hasta el martes, cuatro días después de la tragedia y ya con las redes sociales encendidas en indignación, abogados de Raymundo «L» se contactaron con ellos. La Fiscalía, en tanto, promueve que se llegue a un acuerdo reparatorio y se evite un proceso judicial extenso.
«Es de señalar, que con los datos de prueba obtenidos, la Fiscalía ya se encuentra en condiciones de judicializar la Carpeta de Investigación en próximas horas, sin dejar de advertir que, atendiendo el principio de voluntariedad de las partes, pueda arribarse a una salida alterna al proceso, lo cual, es constitucional y legalmente procedente»
Expuso la institución en su comunicado, el cual también salió muy tarde, ayer martes ante cuestionamientos de sobornos, influyentismo y contubernios para liberar al responsable y solo haya estado unas horas en Barandilla, ello debido a que se trata de un delito de naturaleza culposo, motivo por el que, en su momento, se determinó la libertad del investigado según lo contempla el Código Penal del Estado.
Abraham «¡te sabía todo de los dinosaurios! Él decía que sé sabia todas las especies y que comía cada una. También le encantaba andar en su patineta, le gustaba mucho leer la Biblia, estaba muy emocionado porque en abril cumpliría años y en junio haría su primera comunión. Era muy alegre, le encantaba bailar, inquieto, pero bien portado, con «muchos amiguitos en su escuela que le lloraron«, así es como una de sus tías le describió para este medio, un «ser de luz» que ha dejado en la orfandad a toda su familia.
Mientras tanto la indignación entre la sociedad moreliana crece, en redes sociales se promueve el ht #JusticiaparaAbraham y el viernes se ha convocado a una manifestación. La familia analiza la conveniencia de asistir: «no queremos que se malinterprete nada, ahorita, tenemos mucho dolor, apenas estamos cayendo en nuestra realidad», confió uno de los abuelos a Changoonga.com
