STAFF/ Elly Castillo -@ellycastillo / Felipe Trujillo -@_Felipe Trujillo
Actualmente tiene 24 años, pero hasta hace cuatro, antes de que trágicamente su padre falleciera en extrañas circunstancias, Homero Gómez Valencia veía su vida lejos del bosque, lejos de la mariposa monarca, y más bien cerca del cemento y el concreto realizando obras como ingeniero civil, carrera que él estudio en la Universidad Michoacana.
Pero la fatal y repentina pérdida del llamado “Guardián de las Monarcas”, Homero Gómez González en enero del 2020 sin duda le cambió la vida 180 grados:
“La realidad es que yo me alejé del santuario (El Rosario). Yo empecé a estudiar algo ajeno a los bosques. Soy ingeniero civil por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entonces antes mi sueño era, pues dedicarme a la construcción, dedicarme a lo que a lo que estudié” relata en entrevista para Changoonga.com con un tono melancólico, del cual de inmediato se repone:
“Pero pues ahora de repente mi vida tomó un giro inesperado ¿no? Y volteo a ver que los bosques que se quedan desamparados, ver todo lo que nos afecta a nosotros, a los santuarios de la mariposa monarca, y ahora me veo ahí, me veo como activista, me veo siguiendo los pasos de mi padre” afirma con seguridad juvenil.
Y comparte una anécdota personal:
“A mi papá a veces la gente ahí de la comunidad le decían ‘¡Ay Homero! ¿Qué vamos a hacer cuándo tu no estés? Y él volteaba a verme y decía “pues ahí estará mi hijo”…
¿Qué tanto pesa llevar el nombre de Homero Gómez?
“La realidad es que pesa mucho, pesa muchísimo… ya lo veo yo como activista y la gente quiere que uno se involucre en el santuario, y de a poco, pero voy a llegar hasta donde me lo permita”.
¿Tienes miedo?
“No he tenido miedo, pero sí mucho coraje por le que le hicieron a mi papá ,pero miedo no, me siento protegido por la gente, por otros activistas que se dedican al medio ambiente”.
Y así, tras confesar que dos años le tomó meditar y reflexionar sobre si tomaría la estafeta de su padre, Homero Gómez Valencia se alista a caminar por el sendero que su padre trazó para cuidar los bosques del Oriente michoacano y preservar el hábitat, el hogar de la mariposa monarca en Michoacán.
“Tengo contemplado una gran jornada de reforestación en julio sembrando más de 100 mil arbolitos, aunque las autoridades no han ayudado mucho pero confió en que lograremos la meta”, señala con la mirada fija en el horizonte.
