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Polémico Obispo De Chilpancingo Es Michoacano De Nacimiento Y Asesor De La Arquidiócesis De Morelia

STAFF/ Elly Castillo -@ellycastillo


Por un lado, sus partidarios, amigos y algunos colegas le consideran un sacerdote valiente y arriesgado al denunciar la inseguridad en Guerrer
o y tratar de mediar con grupos delincuentes para lograr treguas que den paz a la sociedad. Incluso en 2018 fue amenazado por un grupo armado.

Por otro lado, sus críticos y detractores lo señalan de imprudente, protagónico y ahora también un degenerado sexual luego de ser relacionado con una desaparición que involucra sexo, drogas y una encerrona en un motel, que provocó alertas antes un supuesto secuestro.

Se trata del polémico obispo emérito de Chilapa – Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, nacido hace 78 años, el 23 de abril de 1946 en Tepalcatepec, Michoacán.

Valiente o Degenerado

Rangel Mendoza es un personaje que en tiempos recientes captó la atención de medios nacionales al hablar abiertamente de buscar treguas entre delincuentes teniendo a la Iglesia Católica como mediadora ante la violencia desbordada en el estado de Guerrero, lo cual al final no pudo concretar y le valió tanto criticas como aplausos, al también exponer las desatenciones gubernamentales y los vínculos entre políticos y criminales.

Fue este pasado sábado 27 de abril por la mañana cuando el más reciente escándalo de Rangel Mendoza se comenzó a producir.

El también sacerdote por 20 años en Morelia, se vistió con un pantalón gris oscuro, una camisa morada y zapatos, apagó sus celulares y abordó su camioneta Volkswagen Taos blanca.

Al día siguiente, domingo 28 su chófer denunciaria su desaparición luego de no encontrarlo en su domicilio en el exclusivo fraccionamiento Las Fincas de Jiutepec, Morelos, y no poder comunicarse con él.

Entonces se empezó a manejar la versión de un posible secuestro y tres días después de la desaparición, el lunes 29 de abril, la Conferencia del Episcopado Mexicano informó que el Obispo Rangel Mendoza estaba desaparecido, pidiendo al mismo tiempo que se investigara y, a sus captores, que le dieran sus medicinas.

No estaba secuestrado, andaba de parranda

Pero al lunes siguiente autoridades informaron que el jerarca religioso había sido localizado en un hospital de Cuernavaca, al tiempo que su abogado informaba que se trataba de un secuestro exprés donde le inyectaron sustancias ilícitas y que había sido encontrado tirado en la calle.

Sin embargo, esto fue desmentido por el titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública de Morelos quien declaró que la tarde del sábado se le vio al Obispo abandonar, en compañía de un hombre una pizzería en Cuernavaca para luego ingresar al Hotel Real de Ocotepec, en compañía también de un hombre no identificado.

Y a las 10 de la mañana del domingo paramédicos acudieron a dicho Hotel donde encontraron a un hombre sin identificar inconsciente y desnudo que trasladaron al Hospital General, hallando entre sus pertenencias ropa, lubricante, condones y viagra.

Además, ya en el hospital se determinó que el hombre de la tercera edad estaba intoxicado con cocaina y benzodiacepinas, y que no presentaba señales de violencia en su cuerpo. Horas después se sabría que se trataba del Obispo de Chilpancingo.

Michoacano, de Tierra Caliente


A muy temprana edad, Salvador Rangel ingresó al seminario menor franciscano, algo así como la educación secundaria para la formación de religiosos

Nació en Tepalcatepec, Michoacán (Diócesis de Apatzingán), el 23 de abril de 1946, en el seno de una familia de profundas raíces cristianas y de buena reputación, siendo sus padres D. Rafael Rangel Larios y Ma. del Carmen Mendoza Barragán.

Apenas terminó la primaria ingresó al Seminario Menor de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo y, luego, a la Orden de los Frailes Menores Franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo, en Michoacán.

En Morelia le asignan subprimera parroquia donde estaria de 1978-1981) en San Pedro, Nuevo Chupícuaro, y posteriormente de 1981-1987 ascendido Vicario Foráneo y Definidor Provincial (por tres períodos), así como Decano en la Arquidiócesis de Morelia (1984-1987).

Según se establece en un resúmen de su trayectoria, desde el año 2006, Vicario Episcopal de la Zona Pastoral de Nuestra Señora de la Luz, en Morelia, Michoacán, y Consultor de la Arquidiócesis de Morelia.

Amenazado con ser «reeducado»

Para el 2009 el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo y lo envió a la pequeña diócesis de Huejutla, Hidalgo; y en 2015 fue destinado a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, donde permaneció hasta el año 2022, cuando presentó su renuncia por razones de edad. 

Previo a ese cargo jerárquico, también fue rector del seminario franciscano en Celaya, Guanajuato; y ecónomo y administrador de la Pontificia Universidad Antonianum de Roma, también de la orden franciscana.

El semanario católico ‘Desde la Fe’ uno de los principales órganos de comunicación de la Iglesia reseña sobre la que considera una «valiente» trayectoria de Monseñor Rangel que:

«Durante el tiempo en que estuvo frente a la diócesis de la capital de Guerrero, uno de los estados de México más afectados por la violencia ligada al narcotráfico, Mons. Rangel destacó por su firme voluntad y su compromiso con la paz y la tranquilidad de los pueblos de su diócesis y por reconocer, en más de una ocasión, que llegó a negociar con grupos criminales para lograr la pacificación de algunas zonas o la liberación de algún sacerdote amenazado de muerte.

Esto le valió incluso amenazas, como la que recibió en 2018 de parte de un grupo de Autodefensas, que amenazó con “detenerlo” y ‘reeducarlo'», publicó el semanario. 

Y es que pocos puede dudar que, durante su período al frente de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, el Obispo Salvador Rangel se caracterizó por su defensa de los derechos humanos de las distintas comunidades de Guerrero.

A Cristo lo fueron cazando …


Tras retirarse del cargo para pasar a ser Obispo emérito [conserva el título pero no las funciones oficiales], Monseñor Rangel aseguró en una entevista que seguiría “poniendo el dedo en la llaga” y declaró sobre la perspectiva de su misión evangélica:

“Creo que eso es parte del profetismo de un sacerdote y de un obispo (…) al mismo Cristo lo fueron cazando continuamente, lo querían matar, pero él siempre siguió adelante. Es lo que yo pienso, seguir adelante, defendiendo la verdad y los derechos humanos”, dijo entonces.

Y en más de una ocasión, el obispo Rangel defendió su relación con los grupos de narcotraficantes y aseguró que con sólo una persona que lograra salvar se justificaría este diálogo. 

Ahora el sacerdote michoacano se encuentra en el centro de una tormenta que le obliga a recordar que los votos franciscanos principales son tres y debe aclarar si los ha respetado, o roto:

-Castidad
-Obediencia
-Pobreza

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