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Tras un alegato de poco más de quince minutos, el juez de control, Ariel Montoya Romero, optó por diferir la última audiencia del año en el caso del presunto feminicida, Diego Urik «N» quién supuestamente asesino a la joven Jessica Gonzalez Villaseñor.
Esto, con razón de legitimar y esclarecer pruebas periciales, en especial material videográfico que se encuentra dentro de la bodega de evidencias de la Fiscalía General Del Estado de Michoacán (FGE) Mismos que ya han sido presentados en audiencias anteriores.
«Solicitaría comparecer a dos peritos para hacer la prueba de refutación, y poder hacer la extracción de videos con mis peritos», objeto la defensa de Urik.
Por su parte, la Fiscalía intento que la audiencia siguiera en pie, argumentando que este receso no tenía ningún argumento sólido, además de que con cada audiencia diferida, se continuaban violentando los derechos de la víctima y de la familia de la misma.
«Las circunstancias hablan de los derechos de las víctima, y el hecho de que se estén difiriendo audiencias no solo involucra al acusado, sino también a la víctima (…), La solicitud no tiene ningún fundamento, no hay una razón legal para diferir la audiencia», refirió la fiscalía.
Tras los alegatos, el juez Montoya Romero se limitó a ofrecer su resolución, afirmando que la audiencia sería diferida hasta el 11 de enero, que es cuando se retornaría del receso, fecha para la que ya se deben contar con los peritajes pertinentes por parte de ambos lados.
«Para debatir sobre si la prueba es necesaria y pertinente, y que tipo de prueba es, y para ello cuentan hasta el 11 de enero, cuando es la siguiente audiencia», concluyó el juez.
Mencionar, que las pruebas que ofertaran pueden caer en tres tipos de clasificaciones, pudiendo ser prueba nueva, refutación y de supervivencia.
Por otro lado, se rumora que en la siguiente audiencia a celebrarse, se podría contar con el testimonio de Diego Urik, quién hasta el momento se ha reservado de emitir alguna declaración, durante el tiempo que ha durado el juicio.
