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Este lunes, durante el juicio oral por el presunto feminicidio de Jessica González Villaseñor, salieron a relucir dos testimonios que informaban la presencia de sangre humana encontrada en la ropa y el vehículo del presunto feminicida, Diego Urik «N».
Es así, que subió a testificar Christian «E» quien es perito de la Fiscalía General del Estado, con especialidad en químico farmacobiología, y esclareció que manchas encontradas en algunas prendas, específicamente playeras del presunto feminicida, y en algunas zonas del vehículo polo gris oscuro Volkswagen, respondían a un gran alto componente ferroso.
El perito relató que el pasado 22 de septiembre del 2020, él, junto con un equipo táctico y peritos forenses arribaron al domicilio de Diego «N» para catear la vivienda, encontrando ahí, las prendas con manchas de sangre.
«En el cuarto de Diego se localizaron dos prendas en el bote de la ropa sucia, encontramos la primer prenda en color blanco, misma que presentaba una mancha en color café en la espalda baja, la segunda playera era de color negro, y presentaba una mancha del mismo color, en el área del pecho.» Refirió el perito.
Así mismo, Christian «E» compartió que ambas prendas al momento de su hallazgo se encontraban húmedas, por lo que se aprovecho para colocarse un peróxido que reacciona ante los fluidos biológicos, y así se pudo determinar que era sangre humana.
El Vehículo De Diego «N» También Contaba Con Manchas De Sangre
En este sentido, el perito también contó que el pasado 23 de septiembre del 2020, realizó una diligencia en el vehículo perteneciente al presunto feminicida, argumentando que en la palanca de velocidades, y en la parte trasera de los asientos, se habían encontrado rastros de lo que posiblemente era sangre humana.
Para finalizar, relató que el peritaje al vehículo se había concretado por la noche del pasado miércoles, debido a que el procedimiento para confirmar si era sangre humana, se trataba bajo la bioluminicencia.
«Realice una diligencia a un Volkswagen gris y los resultados fueron positivos a grupos de hierro, el auto se encontraba mojado en su interior, aún así encontramos bioluminicencia en la parte de atrás del asiento del copiloto y en la palanca de velocidades, y en la cajuela.«
Lamentablemente, las muestras del automóvil no se pudieron determinar como sangre humana, sino como sangre, en general, esto por la baja cantidad de muestra que había en el vehículo, esto porque un día antes había sufrido una limpieza profunda, donde se hizo énfasis en limpiar las vestiduras.
Para concluir con el tema, Gregorio «N» quien trabajaba en un auto lavado, testifico que fue él, quien recibió el mismo vehículo al que se le realizó el peritaje, y se le hizo especial énfasis en realizar lavado de vestiduras, y poner precisa atención en la cajuela.
«Me encargaba la cajuela» Fue lo que Gregorio «N» recordó que le pidió un joven de aproximadamente 20 años, en compañía de un señor de 50 años, quienes llegaron al auto lavado cuando el trabajador llevaba la mitad del auto desmontado.
El trabajador acepto que el vehículo a su llegada, contaba con unas extrañas manchas en la parte trasera del asiento del copiloto, mismas que parecía se habían intentado retirar con anterioridad, sin conseguir mucho éxito, pues había quedado la marca de «Agua sucia»
Gregorio «N» también confesó que como parte de la publicidad de la página social del negocio, se tomaban fotografías del antes y después de los vehículos a su llegada llegada salida, esto con propósito de garantizar la eficiencia de su trabajo.
Dichas fotografías ahora forman parte de la carpeta de investigación en este juicio.