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La Pera Michoacana YA Padece Al Cambio Climático: Producción Se Complica

Debido a la problemática, la producción de este fruto llega a disminuir hasta en un 50%, por lo que los productores han tenido que recurrir al uso de técnicas con productos químicos que aumentan los costos hasta en un 30% más y todo para lograr compensar la temperatura que de manera natural ya no se consigue.

STAFF/Felipe Trujillo – @_FelipeTrujillo

El cambio climático comienza a poner en jaque a la pera michoacana, debido a que las temperaturas no son lo suficientemente bajas como lo requiere la planta para producir el fruto, así lo señaló Fortino Mendoza Durán, representante de la Asociación de Fruticultores de Ucareo.

“Nuestros árboles requieren de frio para hibernar, se le llama letargo o reposo, entonces cuando se viene el calor solitos se empiezan a despertar y a florear y a tomar su ciclo normal, entonces hemos tenido a raíz del cambio climático una disminución de ese frío, de esas horas frio que nosotros le llamamos para los árboles”, explicó.

En este sentido, refirió que debido a la problemática la producción de este fruto llega a disminuir hasta en un 50%, por lo que han tenido que recurrir al uso de técnicas con productos químicos que aumentan los costos hasta en un 30% más y todo para lograr compensar la temperatura que naturalmente ya no se consigue.

“Tenemos que ayudarle a compensar ese frio que faltó durante el invierno naturalmente con compensadores o simuladores de crecimiento que son productos químicos, cuando si fuera una cuestión normal natural no necesitaríamos hacer ese tipo de actividades”, expresó Mendoza Durán, durante entrevista para medios de comunicación.

Asimismo, destacó que no solo la pera se ve afectada pues también frutos como el durazno, ciruela, capulines, tejocotes, membrillos y en general “todos nuestros frutales de zona fría que requieren exactamente eso, horas frio para poder hibernar”, aseveró.

Finalmente, reiteró que el panorama es “crítico” por lo que mantienen un esfuerzo continuo en trabajos de investigación para generar nuevas variantes del fruto que requieran una menor cantidad de “horas frio”, lo cual se traduce a una fuerte inversión de tiempo, principalmente:

“Para generar una nueva variedad requerimos de 10 a 15 años, una nueva variedad, llámese de manzanas, peras o duraznos, o sea, no es tanto el costo económico, sino el costo del tiempo”, concluyó.

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