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La mejor manera de perpetuar una tradición es hacerla propia y el ingeniero José Socorro Sánchez Ríos junto con su familia aprendió a hacerlo desde hace 25 años, cuando comenzó con la construcción de un nacimiento y una villa navideña mecanizadas por él mismo, en su hogar en la ciudad de Morelia.
Él también profesor señaló que siempre le llamó la atención darle vida a las figuras que solían acompañar a los nacimientos por lo que decidió colocarles motores a diferentes piezas, la primera de ellas una mujer trabajando en el metate.
«Es una versión tradicional mexicana, principalmente Michoacana, porque las figuras que están movimientos son guarecitas muy tradicionales de aquí de Michoacán y las otras son figuras de barro qué se han ido coleccionando también, pero esas ya se han venido comprando hechas de los estados de Jalisco y México».
En cuanto a la villa, esta cuenta con más de un centenar de edificios nevados entre los que se encuentran las atracciones de un parque de diversiones, templos y pequeños negocios, todos ellos recorridos por un ferrocarril en movimiento.
Asimismo, esta pequeña Villa tiene un alumbrado público hecho con faroles que el mismo ingeniero elaboró, así como diversas figuras que ha ido coleccionando con el tiempo.
Al ser ya un cuarto de siglo el tiempo que Sánchez Ríos ha dedicado a esta tradición, la villa ha ido creciendo año con año al igual que el nacimiento.
«El espacio que actualmente ocupa es un taller que yo utilizaba para hacer reparaciones, sobre la parte habitacional de mi casa y en la parte de abajo poníamos en nacimiento, pero llegó el punto en que no nos daba espacio y decidimos dedicar el área del taller que dejé de usar para colocar el nacimiento y la villa».
Y aunque la temporada de nacimiento y Villa Navideña es corta, el trabajo previo no lo es tanto, debido a que el armado comienza desde septiembre.
«Por debajo de las mesas dónde está colocado todo está lleno de cables y motores (…) es mi hobby».
A lo largo de los años en ingeniero ha utilizado diferentes instrumentos para crear los efectos en el nacimiento, los cuales van desde motores de antiguos vehículos de fricción; dispensadores de aire para peceras con objetivo de generar efectos de ollas hirviendo; motores de antiguas grabadoras e incluso ha logrado adaptar algunas piezas que antes funcionaba la batería para que se alimenten directamente de la electricidad de la casa y así sustituir el consumo de dichas piezas.
El ingeniero se siente orgulloso de que la tradición ahora la comparte con la tercera generación de su familia que tiene la intención incluso de hacer un censo de las figuras humanas que hay en la villa las cuales aún no ha podido contabilizar el arquitecto de la obra.
in duda el trabajo de Sánchez Ríos ayuda a la perdurabilidad de una tradición ancestral.