STAFF/@michangoonga
Hombres armados, con un tatuaje de «LFM» (la familia michoacana) llegaron a la comunidad indígena ubicada en plena Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, en la zona oriente de Michoacán, según lo narró Animal Político.
Tras ver esto, los habitantes fueron a un cartel de la Guardia Nacional a pedir ayuda, sin embargo, les dijeron que no los podían ayudar porque no había personal.
Animal Político hizo una entrevista a uno de los hombres de la comunidad, mismo que les dijo que los sujetos acosaban a la población, les pedían comida, cobijas y se paseaban por la zona con armas largas.
Asimismo, instalaron retenes en la carretera donde cobraban cuotas, robaron la camioneta de un vecino y balearon a un coche que no quiso detenerse a su retén, matando a una mujer,
Tras este asesinato, la comunidad se organizó, hicieron replicar la campana de la iglesia y cientos de personas llegaron, enardecidas y listas con machetes y escopetas para cazar a la Familia Michoacana, por lo que persiguieron una camioneta donde los sicarios llevaban a dos secuestrados.
Sin embargo, la Guardia Nacional llegó a desarmarlos y a contener la turba furiosa, harta de la violencia y de que les quitaran su tranquilidad.
Tras esto, Los Caballeros Templarios llegaron a ofrece «ayuda» a las autoridades comunales indígenas, sin embargo, solo los extorsionaban a cambio de «protección».
“Nos dijeron que ellos no cobran cuotas y que no financian a Talamantes que destruyen nuestros bosques y la monarca, como sí hace La Familia. Nos llamaban y nos hacían bajar a Zitácuaro a pagarle al Sobrino una cuota de 12 mil pesos por hectárea de aguacate”, Narró Don Martín a Animal Político.
Asimismo, a cambio de la protección que les daban, los Templarios querían vender drogas en sus tierras, y al negarse hubo un enfrentamiento entre comuneros y sicarios, dejando 11 muertos, de los cuales tres eran defensores del bosque.
Ante el abandono de las autoridades, las comunidades se decidieron a organizar sus autodefensas.
«O nos organizamos o morimos»