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La administración de Silvano Aureoles no puede presumir como logro de gobierno que existan finanzas sanas cuando la deuda bancaria y no bancaria del estado es superior a los 24 mil millones de pesos, y en las calles trabajadores del estado exigen el pago de salarios y prestaciones, afirmó el diputado Alfredo Ramírez Bedolla.
El legislador de Morena señaló que si el secretario de Finanzas y Administración, Carlos Maldonado, presume que tenemos finanzas sanas, como lo dijo en el Congreso del Estado al entregar el quinto informe de gobierno, entonces «no hay razón para retrasar pagos a trabajadores del sector educativo, ni porqué retener los recursos federales que corresponden a municipios, y entonces podemos esperar que no habrá problemas de liquidez al cierre de año«.
En relación con el año pasado, al mes de junio la deuda no bancaria se redujo en más de 2 mil 600 millones de pesos, añadió Ramírez Bedolla; sin embargo, puntualizó que seguramente es resultado del acuerdo educativo impulsado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, gracias al cual Michoacán recibe alrededor de 3 mil millones de pesos extraordinarios para pagar salarios de trabajadores de la educación.
Alfredo Ramírez señaló que en el estado actual de las finanzas estatales no se ve un esfuerzo real de la administración silvanista por reducir el gasto público; es decir, «no han renunciado a los privilegios de gobierno ni a los gastos superfluos, por lo que estamos perdiendo la oportunidad que nos da el acuerdo educativo de tener una estabilidad verdadera en la hacienda estatal«.
El triunfalismo de las «finanzas sanas» del Gobierno del Estado no corresponde con la realidad en la que diversos sectores demandan pagos al Gobierno del Estado, además de que el propio gobernador contradice a su tesorero al decir que en Michoacán persiste un déficit de 2 mil 500 millones de pesos para cumplir compromisos de nómina en el sector educativo.
Las contradicciones al interior del Gobierno del Estado, donde Carlos Maldonado pretende ocultar que la administración estatal tiene un problema financiero, mientras el gobernador magnífica el déficit, solo ponen en evidencia la falta de transparencia en el ejercicio del presupuesto estatal, y alientan la sospecha de que las finanzas estatales están intoxicadas de corrupción, concluyó Ramírez Bedolla.