STAFF/ Margarita Arreola-@arreolamargui
«En este examen fue peor el descaro en compra de claves para el acceso a las Normales, solamente bajaron los promedios de 10 que se tuvieron en el primero para no ser tan obvios«, narra una joven aspirante de la Escuela Normal Urbana, quien aprobó en el primer examen, pero en el segundo no apareció en la lista.
La aspirante quien pidió no revelar la identidad por temor a represalias, dio a conocer a este medio de comunicación, que la corrupción es evidente en el examen de ingreso a las Escuelas Normales y más porque al repetir el proceso por anomalías en la primera edición, quedó evidenciado quienes compraron claves.
Relata que hermanos y hasta parejas de novios llegaban tarde a la hora de hacer el examen los dejaban pasar, siendo los primeros en salir de aula y en las listas también estaban en los primeros lugares, lo que causó inconformidad entre quienes como ella si estudiaron y con esfuerzo de sus familias de escasos recursos pagaron la ficha que costó mil pesos para hacer el examen.
«Me siento triste e indignada, fue un proceso injusto, la venta de claves estuvo a todo lo que da, volvió a pasar lo mismo a las mujeres de la Normal de Educadoras que traían el acordeón en las uñas las dejaron hacer el examen solamente les pusieron cinta en las uñas, donde yo estaba los muchachos salían cada rato al baño con el celular en la mano», narró la mujer indignada.
Agregó que a simple vista era evidente quienes tenían la respuesta del examen, pues hasta en Facebook se habían anunciado la venta de claves, refirió que al menos 80 lugares de los casi 500 aspirante a la Normal Urbana, se prestaron al acto de corrupción.
El primer examen del 31 de julio la aspirante quedó en los últimos lugares con el 123 pero ahora que estaba más preparado y que incluso el examen era más sencillo no pareció en la lista de aprobados.
Con rabia e indignación pidió que el proceso sea claro, sin corrupción y dar espacios para quienes estudian y aprobaron sin comprar el lugar y que tengan vocación de ser maestros.
La estudiante narra que vive en Ciudad Jardín, que su familia es de escasos recursos y que el coraje y tristeza aumenta porque su madre trabaja en casa para sacar adelante a su hijos pues acaba de enviudar y la situación económica se complicó más y aun así pagó un curso de preparación para el examen de más de 6 mil pesos priorizando la educación de su hija cuando tiene hijos que mantener.