STAFF/@michangoonga/Colab. Esp. Héctor Álfaro
Debajo del mandil, pero con orgullo, don Chucho porta una playera del equipo de sus amores, colores que le recuerdan el lugar donde nació e incontables alegrías que le dio al verlos en el Estadio Morelos.
Jesús es aficionado de hueso colorado al Monarcas Morelia, escuadra que recientemente cambió de sede; partió de tierras purépechas hacia el puerto de Mazatlán en Sinaloa, situación que duele en el corazón.
Es muy triste porque en Michoacán amamos el futbol, es una fiesta y ser Monarca no sólo es una afición, yo la siento cómo una religión, expresó este diablero de la Central de Abastos de la Ciudad de México, mientras acaricia el escudo de su camiseta.
Jesús o Chucho como le gusta que le digan recorre los pasillos del más grande centro de distribución de alimentos del país con un ‘diablo’ de carga a sus espaldas, se detiene un momento para descansar y se quita el mandil de la mezclilla para posar ante la cámara.
«Deja me quito esto para que se vea bien mi playera, que sepa el dueño que la afición va a seguir, aunque él se haya vendido al mejor postor».
Luego de un suspiro que indica decepción, este sexagenario continuó su camino sin antes recordar que irle al Morelia puede llevarse hasta la muerte:
«Basta con visitar panteones en Michoacán para que te des cuenta de cuánto los queremos, hay gente que adorna sus tumbas con los colores y hasta ponen herrería con el escudo», finalizó.