STAFF/ Colaboración Especial: Eliza Flores
Dentro del Mercado Independencia, en los conocidos pasillos de barro se encuentra el humilde puesto de Don Nico, en donde oferta dulces y golosinas. A simple vista, en ese lugar no se percibe el otro trabajo que ahí se realiza.
Pero basta ver sobre una caja de plástico y una jerga color rosa, que Don Nico trabaja con las estatuillas, pero no son cualquier figurilla de yeso, sinos e trata nada menos de Niños Dios.
Don Nico durante todo el año recibe a los niños para «curarlos» pero conforme se acerca el Día de la Candelaria le aumenta un poco más el trabajo. Y cualquier Niño Dios que recibe en sus manos es acogido con un corazón lleno de esperanza, con la ilusión de poder entregar a un niño totalmente sanado.
Él nos comenta: “Aquí llegan Niñitos sin nombre, Niñitos sin dedos o con la cabeza rota; no todos son Niños «Jesús», cada uno tiene su nombre, este que estoy sanando se llama Pablo”.
Y con voz tranquila, de tono sereno, comparte la importancia que él le da a su labor: “Sanar a un Niño Dios me sana a mi, cuando trabajo en ellos les hablo, conecto mi corazón con ellos y doy lo mejor. Quisiera que mis manos trabajaran más rápido y poder curar a más niños, pero no es fácil, restaurar una sola mano me lleva aproximadamente de entre 6 y 8 horas”. Comenta.
Al preguntarle a Don Nico el costo de sus «curaciones» le cuesta un poco de trabajo responder, nos dice que su trabajo no se cobra, para eso vende sus dulces, con la venta de su puesto mantiene a sus dos hijos; curar a los Niñitos para él es una bendición, no puede ponerle un costo al trabajo que realiza. “Si alguna persona tiene la intención de pagarme yo le digo que le pague a Dios y que me traiga unas tortas de frijoles, una olla de atole o tamales y la vamos a entregar afuera del hospital infantil o del hospital civil”.
Desde las pestañas, un dedito, una decoloración y cualquier otro detalle es sanado sin costo por Don Nico.
El gran corazón de Don Nico nos deja ver que en la actualidad hay seres humanos preocupados por conservar las tradiciones y ayudar al prójimo. El amor que tiene por los Niñitos es tan grande que no deja ir a nunguno de ellos sin hacerles entender a sus dueños que los Niñitos Dios deben tener un nombre, un espacio especial en la casa, que se les deben dar cuidados y atenciones, les pide que no olviden a sus niñitos en una vitrina, una caja o en el sol.