STAFF/@michangoonga
Tras el revuelo generado el domingo pasado por el caso del estudiante de Derecho de la Universidad La Salle de Morelia que chocó su auto de lujo, valuado en más de medio millón de pesos, contra otros vehículos en pleno Centro de la capital michoacana, algunas voces han señalado a medios de comunicación de no informar adecuadamente los hechos, así como de pasó, desprestigiar a la casa de estudios del implicado.
En un principio, familiares y amigos de quien además resultó ser hijo de Jesús Contreras Coria del segundo Tribunal Colegiado en materia Civil, han señalado que hubo abuso de autoridad de parte de los policías que realizaron la detención al señalar que los hechos no fueron como lo indicaron los agentes de la ley, y que además, las versiones de los hechos publicadas en los medios son falsas al no asentar lo que según ellos verdaderamente pasó.
Aunado a ello, tanto en el STAFF Changoonguero como en las redes sociales han surgido reclamos de parte de estudiantes de la citada universidad a este y a otros medios de comunicación que dieron cobertura al suceso.
El periodista Arturo Bravo publicó en su perfil de Facebook una misiva suscrita por José Alan Castillo, quien se identifica como estudiante de La Salle, en la cual descalifica nuestra labor informativa, asegura que se busca desprestigiar a su casa de estudios a la cual se le ha atacado en demérito de la comunidad estudiantil que la integra, mostrando una falta de ética periodística.
A continuación la carta íntegra dirigida a Arturo Bravo:
Estimado Maestro Arturo Bravo, quisiera que me hiciera el favor de compartir las siguientes líneas:
Los mexicanos somos doble moral. Por una parte nos quejamos de que Donald Trump nos tacha de delincuentes por unos cuantos, la minoría de connacionales que van al vecino país a delinquir. Nos enojamos por los destrozos que unos irresponsables hacen en los mundiales quemando banderas o faltando las leyes del país visitado. El clamor es al unísono “No todos los mexicanos somos así, no nos juzguen”. Hoy los alumnos de La Salle vivimos el desprestigio por parte de 3 medios: changoonga, mimorelia y Morelia activa, quienes se han dedicado a atacar a nuestra aula mater solo porque un exalumno chocó y cometió en su actuar una conducta indebida. No es justo que demeriten la trayectoria de maestros y alumnos, el prestigio de años de esta gran obra. Que pongan en riesgo nuestra seguridad y el trabajo de los choferes, secretarias, docentes. Que esos medios sin ética hablen de que somos primeros lugares en concursos de química, de matemáticas, que la escuela da muchas becas, que recibe a alumnos con discapacidad como ninguna otra lo hace, que es incluyente con sordos, mudos y discapacitados. Que digan que ayudamos a los más necesitados en los asilos, que fuimos la institución privada que más víveres entregó la Cruz Roja por los sismos del año anterior. Que digan que el 90% de los alumnos tenemos beca, de lo contrario no podríamos estudiar. Que digan que tenemos campeones deportivos a nivel nacional. Basta!!! El desprestigio lo merecen esos medios sin ética ni responsabilidad?
José Alan Castillo
En respuesta, Changoonga.com determinó publicar la misiva como muestra de la apertura informativa en una especie de derecho de réplica, aprovechando para aclarar que nuestras líneas editoriales nunca han buscado “atacar” a instancias e instituciones.
El hecho de identificar al presunto infractor bajo un perfil socioeconómico (que incluye en este caso su profesión / estudios) es parte de la labor periodística para tratar de comprender los hechos noticiosos como en este caso lo fue un aparatoso accidente que por fortuna, no cobró vidas.
De tal manera que si el responsable de tal accidente hubiera estudiado en alguna escuela pública o privada, cual fuera, se hubiera asentado de igual manera como ha pasado en otros casos con estudiantes universitarios de diferentes instituciones. El querer responsabilizar a los medios de comunicación de una “mala imágen” sobre alguna instancia, en este caso el de una prestigiada universidad, es querer, como se dice en el argot, “matar al mensajero”.
Finalmente en el afán de abonar a la opinión pública, a continuación retomamos las 2 versiones del caso, para que nuestros seguidores y lectores por sí mismos saquen sus conclusiones a partir de las evidencias periodísticas disponibles:
La Versión de los agentes
Los agentes señalaron también que el sujeto amedrentó a una familia que viajaba en otro coche, a la cual perseguía amenazante y posteriormente al ser seguido por la Policía impactó su propio carro, contra al menos tres vehículos que estaban estacionados.
Finalmente, los guardianes del orden aseguraron que una familia que se trasladaba en un vehículo compacto les solicitó ayuda en la Avenida Madero Oriente, pues les refirió que el coche que venía detrás los perseguía violentamente y el conductor del mismo les “aventaba” la unidad.
El auto en cuestión pasó al lado de donde los afectados pedían auxilio y así empezó una persecución. Dicho vehículo es de la marca Nissan 370Z, de color rojo, con placas de circulación PFA-672-F, valuado en aproximadamente 641 mil 300 pesos, de acuerdo con los datos de la propia página oficial de la agencia de coches referida.
En la calle Ocampo el Nissan 370Z fue interceptado en un primer momento, sitio donde chocó contra un automotor que estaba estacionado, entonces los policías exhortaron al chofer a bajarse, pero éste se negó y cuando uno de los agentes se aproximó arrancó de nueva cuenta su unidad a toda velocidad, mencionaron los representantes de la ley.
La persecución siguió por varias calles y finalizó en la Avenida 20 de Noviembre casi esquina con Dr. Miguel Silva en el Centro Histórico de esta urbe.
Durante todo el trayecto que se recorrió para alcanzar al Nissan 370Z éste impactó a las otras unidades automotrices que estaban estacionadas, dijeron los elementos policiacos.
Al ser detenido, Jesús Alán C., de 24 años de edad, quien se identificó como alumno de la Universidad de La Salle Morelia, supuestamente presumió que él les pagaba “hasta la risa” a los agraviados, afirmaron algunos testigos de los hechos, situación que es negada tajante por los familiares.
La versión de familiares y amigos
Gente cercana al joven automovilista acusan a los medios de comunicación de tergiversar lo sucedido señalando que en ningún momento el chavo se puso agresivo o prepotente, ni opuso resistencia y mucho menos lanzó amenazas a los presentes.
En contraste, acusan que los oficiales le robaron su cartera, lo golpearon y falsearon los hechos, argumentando que el joven en realidad se quedó dormido tras salir de un festejo, pero que en ningún momento agredió a alguien en particular.
Al ser hijo de un magistrado del Poder Judicial, ha trascendido que buscarán demandar a los policías que intervinieron y a los medios de comunicación que publicaron el caso al sentir que difamaron a su vástago.
En un primer momento los policías refirieron que exhortaron al chofer a bajarse, pero éste se negó y cuando uno de los agentes se aproximó arrancó de nueva cuenta su unidad a toda velocidad.
Entonces la persecución siguió por varias calles y finalizó en la Avenida 20 de Noviembre casi esquina con Dr. Miguel Silva en el Centro Histórico de esta urbe.
Un video en poder de Changoonga.com que fue publicado ayer lunes 3 de septiembre en una nota informativa bajo el título “#VIDEO Acusan Abuso Policial En Detención De Chavo Que Chocó Auto De Lujo En Morelia Centro”, se refiere que se muestra el momento de la detención de Jesús Alan C. quien fue apañado y sometido por los agentes de Seguridad Pública en la calle Ocampo donde su carro, un Nissan 370Z, el cual fue interceptado en un primer momento, sitio donde chocó contra un automotor que estaba estacionado. Afortunadamente no se llevó a ningún peatón.
En las imágenes se observa a los policías sometiendo al conductor tras ser bajado del coche en cuestión.