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#Crónica Así Se Vivió La «Cabalgata Morelos» Edición XXII

STAFF/@Lizbeth Pineda Alvarado

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El Olor de unos tamales rellenos de carne con chile despertó el apetito de los jinetes que se preparaban para participar en la edición XXII de la Cabalgata Morelos. Eran las 7:30 de la mañana y ya tenían ensillados sus caballos en el Lienzo del Charro en Indaparapeo, donde pernoctaron después de trasladarse desde municipios lejanos. A bordo de carretera iban llegando otros entusiastas participantes que prefirieron madrugar e integrarse a la caravana ese día, el 20 de octubre, fecha en que José María Morelos recibió su nombramiento como General de las tropas del sur de manos de Miguel Hidalgo, en el año 1810.

Cerca de la plaza, los empleados de gobierno colocaban presurosos unas vallas metálicas, eran ya las 8:30 de la mañana, hora en que se tenía programado iniciar el acto cívico conmemorativo de este hecho histórico. Pronto aparecería la figura del gobernador Silvano Aureoles Conejo para encabezar la cabalgata creada por el locutor José Luis Gómez Navarro y que han mantenido vigente las organizaciones de la sociedad civil.

Con una hora de retraso llegó el mandatario michoacano, amante de las actividades ecuestres desde que era niño en su natal Carácuaro, un hombre que se dice de campo y cuando visita su región de origen suele usar sombrero de astilla, aquel típico de la Tierra Caliente, pero esta vez prefirió llevar uno del tipo texana. Después de colocarse en el presídium junto a varios alcaldes, por fin comenzaron los honores a la bandera.

Un orador resaltó en su discurso: “Los niños son el gran motivo por el que estamos aquí” y para el nutrido público de estudiantes de nivel básico ahí reunidos se realizó una representación teatral del encuentro que tuvieron Hidalgo y Morelos frente al portal del antiguo Mesón del Nazareno. También se entregó una condecoración a un destacado habitante de Indaparapeo, Fidel Marín Maldonado, quien reconoció “Tuve un gran ejemplo a seguir a Don José María Morelos y Pavón”, y consideró que su frase ‘Soy siervo de la nación’ debe ser asumida con humildad por quienes desean servir a la patria”.

El edil Alejandro Gómez Vega aprovechó la ocasión para solicitar al ejecutivo estatal la construcción de un auditorio municipal en Indaparapeo, petición que más tarde fue aceptada y asumida como un compromiso por Aureoles.

En punto de las 10:30 todos montaron sus caballos y salieron de la cabecera municipal de Indaparapeo rumbo a Charo, para reconstruir el recorrido que hace 206 años hizo el sacerdote nacido en la ciudad de Valladolid y que en su honor cambió su nombre a  “Morelia”. Es así como los jinetes homenajean los ideales del gran legislador autor de “Los Sentimientos de la Nación”, aunque a algunos funcionarios les cuesta más trabajo llevar las riendas del caballo porque no están acostumbrados a cabalgar, pero se sienten obligados a hacerlo porque son coorganizadores de esta actividad en la edición 2016.

Transitaron a la orilla de los predios sembrados que representan una importante fuente de empleo para las agrupaciones de ejidatarios de Indaparapeo, un pueblo lastimado por latifundistas que en repetidas ocasiones han dirigido el destino de las arcas municipales, y donde cada habitante vive con orgullo su identidad e informan a los visitantes: “De aquí partió Morelos cuando vino a buscar a Hidalgo” y éste lo mandó al sur para dirigir la lucha contra  los realistas en la Guerra de Independencia de México.

Pocos kilómetros más adelante el gobernador abandonó la cabalgata para irse a cumplir su agenda de trabajo ante la visita que realizó el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, para inaugurar el libramiento norte que conectará a Cuitzeo con Pátzcuaro. Al llegar al límite municipal el jinete que personificó a Morelos entregó el estandarte alusivo a su homónimo de Charo, la caravana continuó sobre el asfalto hasta llegar al segundo de los diez municipios por donde transita cada año. Cuando cruzaron el puente de Charo realizaron una pausa para descansar, muchos ya habían consumido unas latas de cerveza “para el calor” y consumieron alimentos que la gente les obsequia al pasar. Los caballos comenzaron a manifestar cansancio en sus patas, también les dieron de comer su pastura.

Mientras tanto, en la cabecera municipal de Charo desde las 11:00 de la mañana comenzó el desfile sobre la Avenida Morelos, con participación de contingentes representativos de todas las instituciones educativas y algunas otras agrupaciones civiles del municipio; entre éstas las organizaciones de charros y sus escaramuzas que brindan un espectáculo único.

En un marco festivo amenizado por música de banda de viento, a las 13:00 horas apareció el grupo de jinetes de la Cabalgata Morelos frente al majestuoso ex convento de San Miguel Arcángel fundado por los frailes agustinos en el siglo XVI. Nuevamente una banda de guerra y una escolta encabezaron otro acto cívico, ante un grupo representativo de legisladores del H. Congreso del Estado, que además abrieron el desfile de esta jornada cívica.

Recordar este pasaje histórico invita “a luchar para que los ideales de dos grandes hombres no queden en intención”, destacó el orador, y el alcalde Ramón Hernández consideró que “hoy nos toca no sólo reconocer sino seguir su ejemplo”, de Hidalgo y Morelos. Para concluir esta actividad, los funcionarios locales e invitados depositaron ofrendas florales en los monumentos erigidos a los héroes de la Independencia.

En punto de las 13:45 horas, la Cabalgata Morelos salió de Charo, lugar heredero de la cultura de la etnia matlatzinca o pirinda, rumbo a la tenencia de Atapaneo, municipio de Morelia, con un contingente integrado por cientos de jinetes. Al entrar a Morelia la cabalgata se perdió entre los aconteceres de la urbanidad, sólo pocos curiosos la vieron pasar, no hubo vivas ni aplausos efusivos como en las localidades rurales. En el Jardín “Morelos” se realizó otro acto cívico, enseguida la caravana continuó su marcha hacia la Avenida “Héroes de Nocupétaro” donde se entregaron ofrendas florales en honor de los 16 indígenas que formaron el primer grupo de soldados del cura de Carácuaro.

En Morelia se avanzó a paso lento, un camino difícil de transitar a caballo, lleno de ruidos provenientes del claxón de los vehículos y los gritos de gente malhumorada que se queja por el mal olor del estiércol que van dejando sobre el asfalto. Es por eso que muchos jinetes de Indaparapeo y Charo no meten a sus caballos a la ciudad porque se asustan, y ya se habían regresado desde Ciudad Industrial.

Al caer la noche y más allá del cansancio y el frío que ya comienza a sentirse en la ciudad, los jinetes esperan únicamente que amanezca para regresar al camino que los llevará por Acuitzio, Madero, Tacábaro, Nocupétaro, Carácuaro, Tiquicheo y llegar a Huetamo el próximo 25 de octubre donde concluirá la edición XXII de la Cabalgata Morelos.

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