STAFF / @ellycastillo
Los chóferes de las combis Rojas, pitan desesperados al intentar dar la vuelta en Pino Suárez sobre la Madero, donde comienza el bloqueo vial, pues una cuadra adelante ya está el plantón magisterial y normalista, que han instalado en protesta para la liberación de los 52 estudiantes remitidos a penales federales.
«Estos de la CNTE que quieren hacer sus posadas en el mero Centro», se dicen dos meseros de los cafés de los portales, mientras contemplan el campamento a la distancia con las mesas de sus negocios semivacíos.
Y por si no fuera suficiente, manifestaciones de peregrinos rumbo al Santuario Guadalupano, pasan eventualmente como parte de su recorrido anual tradicional. Entonces la carga vehicular aumenta, pues toda la Madero se ve bloqueada momentáneamente por el avance de las peregrinaciones que, a ritmo de banda, le dan un colorido particular, mientras van sonando los cohetones.
«¡Pero que pinche caos… vieras como está esto!», exclama una joven estudiante mientras habla por teléfono con algún pariente.
Los vendedores ambulantes aprovechan para instalarse, desde el que vende Bon Ice, hasta el del agua de coco o artesanías con material reciclado.
La falta de operativos de tránsito es evidente, no hay patrulleros que desvíen y rencaucen el tránsito, mientras las lonas cuelgan de las rejas del atrio de Catedral, convertido en tendedero de consignas contra el gobernador Aureoles y el gobierno federal.
Los adornos navideños, cambiados por lonas y mantas que acusan represión, persecución, y demás argumentos socialistas para justificar su lucha…
Esto es Morelia en vísperas navideñas: Un caos.
