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A escasos cinco días de que se les acabe la chamba como diputados locales, los 40 integrantes de la 72 Legislatura están incrustando a familiares y amigos en la nómina del Congreso de Michoacán, consiguiéndoles bases a parientes o integrantes de sus equipos de trabajo, secretarias o asesores.
Fuentes al interior del Congreso estatal han estado “soltando” información y detalles de las acciones y movimientos de los legisladores. Por ejemplo, apenas hace 40 días, el Sindicato del Poder Legislativo -STASPLE-, y el presidente de la Mesa Directiva, Sarbelio Molina Vélez junto al presidente de la Comisión de Administración y Control, el priista Rigel Macías Hernández, negociaron 80 bases para dejar a familiares y recomendados que llegaron con ellos.
Los informantes acusan que desde que llegó Rogelio Andrade a la Secretaría General del Sindicato, hace ya 10 años, negocia las nuevas bases «mitad para él y mitad para los diputados. Por eso son familias completas las que laboran en el Congreso.
Otros de los funcionarios legislativos acusados de traficar con influencias para quedarse con una base son: Adriana Martínez Casino, directora general de Apoyo Parlamentario y Jorge Alvarado Zamora, secretario Técnico, recomendados del diputado perredista Leopardo Guzmán Mares.
Mientras que el priísta Cesar Chávez Garibay dejará a Marcos Sepúlveda Cisneros, quien es jefe del departamento de Recursos Materiales; su compañero de partido Antonio Sosa López impuso a Octavio León Nava, jefe del departamento de Relaciones Públicas y a la asesora Liliana Isabel León Nava.
Otro priísta, Santiago Blanco Nateras, se la jugará con los asesores, Silveria Camacho Estrada y Víctor Eloy Gonzalez Camacho.
El diputado priista Adolfo Zavala Aguilar, al parecer también quiere asegurar el futuro laboral de su hijo consiguiéndole “hueso” a Osvaldo Manuel Zavala Huerta, quien actualmente cobra como su secretario particular. Otro diputado tricolor que anda metiendo a su gente es Eduardo Orihuela Estefan, incrustando en la nómina al asesor Felipe Vinicio Jiménez Núñez y su hija Lluvia Itzel Jiménez Rivera.
Mientras que el ex congresista perredista que concluirá como “independiente”, Uriel López Paredes, trata de clavar a Ricardo Oliveros Contreras y a su hijo Ricardo Oliveros Herrera, ambos fungen actualmente como sus asesores.
Pero al parecer no sólo diputados andan en el juego del influyentismo y compadrazgo, pues hasta la secretaría de Administración y Finanzas, Verónica Calzada Martínez, es señalada de querer meter a su hermano José Ismael Calzada Martínez.
Ante ello los interesados están en cuenta regresiva para acomodar a sus parientes y amigos, pues la nueva legislatura entra este próximo 15 de septiembre, con 40 nuevos diputados y su propia gente.
