STAFF / @michangoonga
De acuerdo al Ministerio Público (MP) de Iguala, Guerrero, Julio César Mondragón, el normalista desollado de Ayotzinapa, dicha mutilación en su rostro fue provocada “por la fauna nociva que se encontraba en el lugar”.
Así lo dio a conocer la necropsia realizada por los médicos forenses de Iguala, informe que fue revelado por La Jornada, donde establece además que la causa de muerte del joven fue de un edema cerebral causado por fracturas múltiples de cráneo.
Sin embargo el médico Roberto Loewe, perito reconocido en casos de tortura y fundador del Colectivo contra la Tortura y la Impunidad, ha desmentido los resultados, ya que al realizar un análisis a las fotografías del cuerpo de César Mondragón aseveró “Excluyo totalmente esa posibilidad”, de que no hay indicios de mordidas caninas o de otro animal, sino que se realizaron cortes limpios a partir de los cuales se procedió al retiro de todo el tejido facial hasta el hueso.
Asimismo el diario indica que si bien la fotografía del normalista ya no tenía ojos, en la necropsia del expediente establece que “Se observan pupilas dilatadas con presencia de mancha negra esclerotical”
En dicho reporte se informa que el rostro de Julio César Mondragón tiene “marcas de caninos que interesa toda la cara y cara anterior del cuello que interesa piel, tejido celular subcutáneo y músculos, preservando estructuras óseas. Globo ocular izquierdo ennucleado post mortem y globo ocular derecho sin tejidos blandos circundantes”.
Por tal motivo, el normalista asevera el Ministerio Público de Iguala, fue “comido post mortem por fauna del lugar donde se encontraba”.
Al respecto la familia y esposa del joven, calificó el peritaje de las autoridades como “insostenible y absurdo”, ello a través de un comunicado en el que refieren de “una falta absoluta de respeto y de profesionalismo, además de que evidencia el desinterés’’ por esclarecer el homicidio.
Aquí el link de la nota completa de La Jornada:
http://www.jornada.unam.mx/2015/06/26/politica/004n1pol?partner=rss