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Así como en León, Guanajuato dice la canción, actualmente en la Tierra Caliente la vida no vale nada diría el poeta José Alfredo, y un triste reflejo de ello es la denuncia ciudadana que circula en Facebook hecha por la ciudadana Lydia González, quien se encontró con el cadáver de un joven entre 25 a 30 años abandonado en la colonia Lázaro Salto de Apatzingan.
El cuerpo tiene signos visibles de tortura toda vez que el rostro esta cubierto de cinta adhesiva industrial, con exposición craneal y viste de playera negra y pantalón de mezclilla azul claro, tal vez alguna víctima de secuestro.
Sin embargo, a pesar de la denuncia ante el Ministerio Público, el cuerpo sigue ahí, abandonado, tirado, sin alguna autoridad que se haga presente para el recogimiento del cadáver y el resguardo de la escena del crimen para lo que debería ser la correspondiente averiguación previa por el delito de homicidio doloso. Pero al parecer eso es mucho pedir en Michoacán.
Apenas el martes de la semana pasada se registró un enfrentamiento entre presuntos integrantes de grupos de la delincuencia organizada con fuerzas federales dejando un saldo oficial de nueve muertos, y extraoficial de más de 11, bajo sospechas de alteración de la escena del crimen.