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La UNAM matará a #YoSoy132

Por Elly Castillo

De #YoSoy132 se dicen muchas cosas. Buenas y malas, críticas y elogios. Habrá quienes festejen, habrá a quienes les pese, pero se trata del movimiento estudiantil más importante desde el 68 y el 71.

El último Gran movimiento de revuelo e impacto nacional fue aquel Consejo General de Huelga (CGH) surgido en febrero de 1999 ante la determinación de la UNAM de elevar el precio de las inscripciones para bachillerato y licenciatura, y sin embargo se limitó principalmente a la estructura universitaria en el DF, tras casi un año de mantener las instalaciones en su poder.

Con motivos muy diferentes –pero ideologías compatibles en varios sentidos- #YoSoy132 nace de un rechazo espontáneo y demostrado natural, de una universidad privada: La Ibero, y fue tomando forma ante el apoyo de otras universidades de paga, como el ITAM.

Y la UNAM, ese enorme monstruo de 20 mil cabezas, tanto educativas, como magisteriales, como sindicales, como estudiantiles, y como grilleras, veía con curiosidad este conflicto a la espera de poder lanzarse sobre él y, terminar como está terminando: apoderándose del mismo.

La UNAM es la máxima casa de estudios en el país y su calidad, y su prestigio no está en duda. Así como tampoco pongo en duda la capacidad de los estudiantes y grilleros de la UNAM para contaminar con sus ideas izquierdosas cualquier movimiento, como este, #YoSoy132.

Este fin de semana se reunieron en Morelia asambleístas de más de 100 escuelas de nivel superior. Fue la primera vez que lo hicieron fuera del DF, lo cual fue significativo.

Debería tomar la letra de Nirvana para decir que en el auditorio que prestaron los maestros democráticos Smell Like Teen Spirit, pero, paradójicamente, no fue así, aún con tanta juventud y energía reunidas en el lugar.

Dejando de lado la desorganización y la falta de comunicación entre organizadores y anfitriones que derivó en retrasos y molestias veladas de varios participantes al no operar un orden de participación, lamentable es la actitud hacia –contra- los medios de comunicación.

#YoSoy132 tomó la determinación de que La Jornada, Aristegui y Proceso son los medios “buenos” y todos los demás son, mínimamente, “sospechosos” de actuar en su contra. En todo momento la paranoia y la desconfianza reinaron sobre los reporteros que cubríamos el evento. Me recordó a las restricciones de la Nueva Jerusalén, ese poblado de Turicato lleno de fanáticos religiosos que miran con recelo al visitante por el hecho de que para ellos, todo el mundo exterior es “extraño”.

#YoSoy132 no es totalmente transparente. #YoSoy132 prefiere el anonimato colectivo, argumentando que los liderazgos conducen a cacicazgos mediáticos. #YoSoy132 se confunde entre lo que demanda y lo que brinda. Y todas esas conductas, son heredadas, impuestas, por los “ideólogos” de la UNAM, esos que piensan que, por herencia genética-institucional, saben todo sobre  teorías y acciones, porque ellos son de la “verdadera izquierda”, y que los demás, deben seguirles el paso.

Y para muestra evidente los chavos no se animaron a contestar un simple sondeo: ¿Qué piensas de que los consideren revolucionarios de facebook? ¿Qué responder a quienes dicen que en lugar de marchar hay que trabajar? Sólo dos mostraron disposición. Los demás argumentaron no poder responder, como si fuesen autómatas sin voz ni pensamiento propio.

La UNAM, los grilleros de la UNAM en específico, han contaminado a #YoSoy132 tal cual fue contaminado el movimiento del 68, que se perdió entre las discusiones de las teorías político-izquierdistas sobre si tu eres leninista o troskysta o progresista. Nada más que ahora la discusión es en torno a ver con qué corriente del PRD te identificas más: “Chucho”, “Pejista”, y etc…

#YoSoy132 determinó en Morelia seguir los pasos de viejos lobos como los sindicatos de electricistas y maestros democráticos, que incluyen a aprender a aullar tomando casetas y haciendo marchas.

#YoSoy132 no mostró propuestas originales innovadoras. Protestas novedosas acorde a los nuevos tiempos. #YoSoy132 se fue por la fácil, hacer lo que los otros hagan. Y en vez de ser la punta de lanza que fue, pasará a ser retaguardia.

Cosas que ahí están pero a nadie le interesan: la gente que vivimos en Morelia, ¿estamos tontos o qué nos pasa? Las autoridades tienen años dándonos atole con el dedo parchando avenidas chapopoteras que a la primera lluvia se deshace. Pero de nueva cuenta levantan banquetas del Centro para arreglarlas. ¿Esa es la necesidad primordial para los que vivimos y sufrimos a la capital del ate y el gaspacho?

Truchas: changoonga.com sigue dentro de los 5 mil lugares del ranking nacional. Mientras otras páginas van perdiendo terreno a pesar del “enorme prestigio” que precede a sus integrantes.

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