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Este domingo, un sacerdote de Jiquilpan, Michoacán, expresó su descontento y enojo hacia los organizadores de los Juegos Olímpicos París 2024. El motivo de su indignación fue una representación de “La Última Cena” de Leonardo da Vinci con personajes drag queens.
Durante una misa celebrada en la Parroquia de San Francisco de Asís de dicho municipio, el sacerdote recordó el «performance» presentado durante la inauguración de las Olimpiadas el pasado viernes 26 de abril.
Expresó su molestia mentando la madre en plena misa a todos los involucrados en lo que calificó como “broma chusca” hacia una de las escenas más sagradas del cristianismo.
Visiblemente enojado, declaró: “Estoy muy indignado, muy molesto y quiero mandar desde aquí un saludo muy cordial a todos aquellos que participaron, los que salieron en la escena y se prestaron para esta broma chusca, los que la aceptaron como consejo del Comité Olímpico, el Presidente de la República de Francia que lo aceptó y todos aquellos que participaron y que lo aceptaron, les quiero mandar un atento saludo desde aquí, por mí, por mí no por la comunidad, por mí personalmente pueden ir a chingar a su reputísima bomba madre.”
Durante el acto inaugural de las Olimpiadas se llevó a cabo una ceremonia llamada “Festividad”, en uno de los momentos del evento, apareció un grupo de personas en una larga mesa, incluidas varias drag queens, evocando la última cena de Jesús con sus apóstoles, según los evangelios, antes de su crucifixión.
La escenografía, que recordó “La Última Cena” de Jesús con sus apóstoles, continuó con la aparición del cantante francés Philippe Katerine, quien se presentó casi desnudo, con el cuerpo pintado de azul y adornado con guirlandas de hojas y frutas.
Su atuendo lo hacía parecerse a Dioniso, el dios griego del vino y los placeres carnales, conocido como Baco por los romanos.