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Diario De Un Foráneo/”Regreso” A Clases… De Los Profes Y Salones A La TV E Internet

Creo que esta situación nos ha hecho madurar a todos de un fregadazo; es como si la vida nos hubiera envuelto en periódico y medido dentro de esta estufa llamada coronavirus

By: Mariano Bolaños Montañez

Seguramente todos en algún momento de nuestras vidas, y sobre todo cuando éramos unos mocositos, deseamos con todo nuestro corazón, intestinos y páncreas que la escuela estuviera cerrada para siempre.

Pero oh gran sorpresa nos llevamos: tenemos aproximadamente 5 meses con las instituciones educativas abandonadas y todos pedimos a Diosito y a toda su corte celestial que por lo que más quiera, regresen las cosas a como solían ser anteriormente.

Y es que sí, aunque todos pensábamos que en el mes de mayo volveríamos a reunirnos con nuestros compañeros, regresaríamos a los salones de clase, nos enojaríamos con nuestros maestros, y seguiríamos renegando de la escuela, tal parece que no podremos regresar a esa realidad en un buen tiempo.

El próximo 24 de agosto comienza el ciclo escolar 2020-2021, pero para sorpresa de absolutamente todos, el regreso será completamente virtual; autoridades educativas ya la sentenciaron el lunes, y si antes no te querías despegar de la televisión, ahora será casi obligatorio estar desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde aplastado siguiendo las clases que se transmitirán.

Creo que nadie jamás en la vida se imaginó que llegaría el momento en que la televisión tendría que sustituir el papel de un maestro, salón de clases y toda la dinámica escolar que hace algunos meses era tan cotidiana.

Lo único que queda a estas alturas del partido es tratar de adaptarnos lo mejor posible a este nuevo proceso que todos estamos aprendiendo a afrontar; seguramente habrá cosas que funcionen, pero surgirán otras que sean completamente horripilantes como vasca de perro desnutrido.

En el caso de los estudiantes más conscientes (refiriéndome a los que ingresan a universidad, los de preparatoria y los que están en las últimas de la secundaria), es un excelente momento para que voluntariamente a fuerza, agarres la onda de lo que está pasando en estos momentos de la vida.

Amigo, amiga… Date cuenta

Te invito a que pongas una mano en tu corazón, cierres los ojos, respires profundo, y repitas conmigo:

“Ommmmmmmm… No voy a desaprovechar el tiempo”

“Ommmmmmmm… Necesito ponerme las pilas”

“Ommmmmmmm… Ya estoy grandecito para sólo hacer como que estudio”

“Ommmmmmmm… Papá y mamá no van a ser eternos y es la forma en la que más los puedo apoyar”

Creo que esta situación nos ha hecho madurar a todos de un fregadazo; es como si la vida nos hubiera envuelto en periódico y medido dentro de esta estufa llamada coronavirus.

Sin embargo, todos los días estamos enfrentando nuevos retos. Las realidades y las verdades en las que creíamos se están escribiendo de nuevo. Las cosas de las que antes nos colgábamos o a las que nos ateníamos para evadir nuestras responsabilidades, ya no están… Ahora nos toca a nosotros sacar la casta y ver qué tanto estamos haciendo lo que nos toca.

A menos que sigas sin agarrar la onda y no te tomes la molestia de asomarte a la ventanita de este mundo para que veas las condiciones tan jodidas en las que estamos, las cosas van a segur de mal en peor; bien podemos hacer como que nada pasa y fingir que vamos a tomar clases “porque tenemos que hacerlo”, pero mucho ojo, que años más tarde, la vida se va a encargar de darnos nuestras buenas dosis de Ubicatex.

Cuando había clases presenciales, la mayoría de los estudiantes no tenía el mínimo interés en prestar atención y tratar de aprender lo más que pudieran. Hoy, educados por una televisión, ¿a qué le tiramos?

Y es por eso que te invito, amigo estudiante, que dejes de lado por completo esa actitud de ver el estudio como una carga, porque en esta nueva etapa solo tú serás el que decide qué tanto aprendes y qué tanto dejas pasar la oportunidad de hacerlo.

Mientras más nos tardemos en agarrar el pex de este mar de incertidumbres, más gacha va a estar la revolcada que nos va a dar; y ojo, que lo que tal vez no sea problema hoy, el día mañana nos pase cara la factura… Tenemos una pandemia como prueba.

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