Aquí En Apatzingán Todo Sigue Igual, Trabajamos Con Miedo Y Sin Ganancias: Productor Limonero

STAFF/@michangoonga
En Apatzingán, los limoneros trabajan con temor y pérdidas. Mientras el kilo de limón se vende hasta en 20 pesos en los mercados, a los productores apenas les pagan tres. Las amenazas, los precios por los suelos y el control en las empacadoras siguen creciendo y poniendo en riesgo a los productores.
Aunque en los últimos días hubo bloqueos en distintas carreteras del estado y una visita del secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, los agricultores aseguran que en la región nada ha cambiado. Dicen que las extorsiones, el coyotaje y la manipulación de precios continúan, mientras las autoridades solo se limitan a reuniones y promesas.

“Nos siguen los costos igual de bajos, el coyotaje, la manipulación, las extorsiones… por lo general sigue todo como si no hubiera pasado nada”, denunció uno de los productores entrevistados.
El agricultor explicó que, aunque hay presencia de soldados y autoridades en los tianguis, los verdaderos focos de control se encuentran en las empacadoras, donde “ya te controlan las personas o simplemente reciben una llamada y empieza la extorsión”.

Durante su visita a Apatzingán, Harfuch se reunió con autoridades locales y representantes del sector agrícola para coordinar acciones de seguridad en la zona. Aunque muchos productores mantienen sus dudas, también confían en que esta vez el apoyo llegue de verdad.
“Esperemos que sí sea en verdad un apoyo para la región, para que uno tenga confianza y nos ayuden a que suba el valor de los productos. No nomás es el limón, también la papaya y el jitomate. El jitomate se compra a uno o dos pesos y en mercado está a quince; es demasiada la diferencia”, afirmó el entrevistado.

Actualmente, el kilo de limón se paga entre 2.50 y 3 pesos, mientras que en los mercados llega a venderse hasta en 20.
“Es un margen muy grande y no nos queda nada de ganancia. Invertimos cinco o seis pesos por kilo para producirlo y nos pagan tres o cuatro”, explicó.

Además de la inseguridad y los precios, enfrentan el alto costo de los agroquímicos para combatir las plagas que dañan los cultivos.
“Hay productos que cuestan hasta dos mil pesos el litro y se ocupa uno por hectárea. Muchos pedimos crédito a las agroquímicas, pero casi todo lo que ganamos se va en pagarles”, señaló.

El miedo también se ha extendido entre los productores tras el asesinato de Bernardo Bravo, líder limonero de Apatzingán.
“Sí hay miedo, porque eso fue para darle pavor a las personas. Muchos están tirando sus parcelas y dejándolas en el abandono por temor a alzar la voz. Sentimos miedo de no saber a quién poner como representante, porque al que pongamos lo van a aventajar o le va a pasar lo mismo”, relató.

Aun las empacadoras que siguen trabajando lo hacen entre control y desconfianza. Los productores dicen que ya no hay forma de negociar ni mejorar el precio, y que lo único que queda es resignarse a las condiciones que les imponen.
“Antes uno podía negociar un poco el precio con el empacador; ahora todos manejan el mismo valor, y el productor ya no tiene opción”, concluyó.
