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El gobierno de Estados Unidos intensificó su estrategia contra el crimen organizado al anunciar una recompensa de 8 millones de dólares por los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, presuntos líderes del cártel La Nueva Familia Michoacana.
Esto a partir de que, La Nueva Familia Michoacana fue designada por el Departamento de Estado como Organización Terrorista Extranjera (FTO) y como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT), lo que permite a las autoridades estadounidenses congelar sus activos, restringir sus movimientos y castigar penalmente a quienes colaboren con ellos, incluso fuera del territorio estadounidense.
Los hermanos enfrentan cargos en una corte del Distrito Norte de Georgia por conspiración para fabricar y distribuir drogas como fentanilo, metanfetamina, cocaína y heroína hacia Estados Unidos. Además, el Departamento del Tesoro impuso sanciones financieras contra ellos y otros dos miembros de su familia, Ubaldo y Adita Hurtado Olascoaga, por su implicación directa en el cártel.
LNFM opera principalmente en Guerrero y el Estado de México, así como en unas partes de Morelos y Michoacán, donde ya no tiene presencia importante. Se le atribuyen actividades como tráfico de personas, uso de drones explosivos, lavado de dinero a través de ropa usada y una alta responsabilidad en el flujo de drogas hacia territorio estadounidense. La DEA calcula que la organización trafica anualmente más de 36 toneladas de metanfetamina, 12 de heroína y 12 de cocaína.
Estas medidas forman parte de una campaña más amplia de la administración de Joe Biden para frenar el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha reforzado la colaboración bilateral con EE.UU. con la entrega de criminales buscados y el despliegue de 10 mil militares para facilitar las acciones antidrogas.