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Tras la entrega del narcotraficante Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y Los Zetas, por parte del gobierno de Estados Unidos de México, el fiscal de la República Mexicana, Alejandro Gertz Manero, aseguró que el capo continuará su proceso en el Altiplano.
El hombre, quien fue detenido en 2003 en Matamoros, Tamaulipas, durante un enfrentamiento contra militares, ahora enfrenta en México los cargos por delitos contra la salud, delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Desde el año 2000, autoridades estadounidenses lo acusaron de introducir ilegalmente a ese país drogas, así como de amenazar a los agentes de la DEA y aduanas, para poder cometer sus crímenes.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, Gertz Manero informó que una vez cumplida su sentencia con el gobierno gringo, el líder criminal tiene una obligación con la justicia mexicana.
«Nos lo entregan, nosotros inmediatamente lo pusimos a disposición del Centro de Readaptación correspondiente y va a cumplir su condena como es su obligación y como está señalado en la sentencia y en la ley», dijo el Fiscal en el encuentro con la prensa.
Se estima que ahora el narcotraficante alcance una pena en México de hasta 730 años de prisión por las órdenes de aprensión pendientes, más las penas que resulten durante el proceso que será reactivado. También se le acusa por la posesión de armas de fuego y de cartuchos de uso exclusivo del Ejército y cohecho.
Cárdenas Guillén fue entregado por las autoridades de Estados Unidos en la frontera de Tijuana, Baja California, y posteriormente fue trasladado vía aérea a la Ciudad de México, para ser ingresado al CEFERESO No.1 en el Estado de México