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Aunque a simple vista pueden parecer iguales, lo cierto es que los cocodrilos, caimanes y aligátores son muy diferentes, ya que poseen características físicas que los hacen únicos y especiales.
Al ser tan parecidos, suelen confundirse, pero no te preocupes, el jefe de la Unidad Operativa de Atención a Reptiles del Zoológico de Morelia, Luis Christian García Salas, explica cómo distinguirlos para que en tu próxima visita sepas que el recinto cuenta únicamente con cocodrilos, de los cuales, cuatro son Crocodylus acutus, cocodrilo de río o americano y cuatro Crocodylus moreletii, cocodrilo de pantano.
El experto explicó que los cocodrilos tienen un hocico largo y estrecho; llegan a medir alrededor de tres metros de longitud, aunque variará entre una especie a otra, el más grande se conoce como cocodrilo marino (Crocodylus porosus), con el reporte de un ejemplar de casi ocho metros de longitud. Pasan gran parte del día asoleándose, aunque también en los cuerpos de agua, esperando a sus presas.
Mientras que los cocodrilos son verdes, los aligátores suelen inclinarse más al negro y tienen un hocico largo y redondeado, con los orificios nasales en la parte superior, característica que les permite respirar mientras el resto de su cuerpo está bajo el agua. Otro rasgo distintivo es que al cerrar el hocico, sus dientes quedan ocultos, cuando los de un cocodrilo quedan expuestos.
En México solo existe una especie, la cual se ha visto en zonas de Chiapas y Oaxaca. Por lo general, llegan a medir menos que los cocodrilos, aunque los hay de hasta 2.5 metros de longitud. Entre sus características distintivas es que su hocico es más delgado en forma de una U, sus patas son cortas y su cola suele representar el 30 por ciento de su longitud y su color es café suave o amarillento.