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Tras quejas vecinales, el Ayuntamiento de Morelia desplegó la noche de ayer un operativo sorpresa en la avenida Enrique Ramírez para revisar los niveles de ruido emitido por los bares que se encuentran en la zona.
Para esta actividad contaron con 2 medidores de sonido, el primero colocado en uno de los establecimientos y el otro lo fueron moviendo en distintas zonas cercanas, aproximadamente a una cuadra de distancia.
Esto, con la finalidad de poder medir el nivel de ruido que reciben los vecinos que viven, tanto a espaldas de los bares, como quienes habitan en la zona de enfrente, atravesando la avenida.
Es de mencionar que contaron con la participación del bar Julión para llevar a cabo una dinámica controlada en la que subieron a propósito el volumen al nivel más alto para así verificar cuántos decibeles estarían recibiendo los vecinos en un caso extremo y cuántos con el volumen que utilizan normalmente.
A decir del secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez Silva, lo que arrojó este ejercicio fue que, aún elevando al máximo el volumen del establecimiento, los niveles de ruido en las calles aledañas se mantuvo dentro de lo permitido, que son 65 decibeles para esta zona.
«La idea era ver dentro del límite permitido qué efecto tenía en diferentes puntos y por encima del límite permitido; en los 3 puntos vecinales donde hay queja, aun cuando el ruido estaba por encima de lo permitido, en la zona de los vecinos no tenia efecto por encima del límite», explicó el funcionario municipal.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Hoteles de Morelia, Judith Mora, quien dijo ser una de las afectadas, refirió que esta situación tiene molestos a cerca de 20 vecinos que viven alrededor de los establecimientos.
«Ya tenemos años con este problema, que se le sube a la música y se le sube muy fuerte, principalmente los viernes en la noche y luego se ponen los arrancones», expresó para este medio de comunicación.