STAFF/Alejandra Macedo-@AleMacedo0
Tras 15 años del atentando terrorista en Michoacán, Marisela Garcia, de 38 años de edad, aún mantiene tres esquirlas en su cuerpo, además de relatar con un temor evidente, que el 2008 fue el primer y último año, que visitó las fiestas patrias de la capital del estado.
“Iba con mi mamá y mis dos hijas, caminando a tomar un taxi, porque la multitud ya era mucha, caminábamos rumbo a la Merced, cuando todo detonó”, comenzó a relatar la mujer.
Continuó contando, que al caminar, junto a su madre e hijas pequeñas, escucharon un fuerte estruendo, definido como “Un zumbido que jamás se olvidara” pensando en un principio que se debía a una patrulla explotada, mientras que las esquirlas en la piel, eran vidrios.
“Estaba una patrulla atravesada y lo primero que pensamos es que la patrulla había explotado, y que las esquirlas que traíamos, eran vidrios, nuestra primer reacción fue echarnos a correr”, recordó Marisela.
Tras el estruendo, comenzó el infierno, pues la víctima relata que al estar apretando el paso, el dolor en su mano derecha cada vez era más intenso, percatándose enseguida que su madre e hija estaban cubiertas de sangre, debido a una herida en el cuello de la mujer.
“Empezamos a correr, pero después de una cierta distancia, mi mamá me dijo que traía mucha sangre, y si, le cayó una esquirla cerca de la yugular, yo no me había percatado de tanto, hasta que empecé a sentir dolor”, contó Marisela con la voz entrecortada.
Concluyó mencionando que su mamá fue la victima más grave, quien entró y salió del quirófano por más de una semana, además de revelar que tras este atentando, debe tomar terapia psicológica, así como estar medicada con dosis más fuertes durante los meses patrios.