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Una madre de familia michoacana (de la cual se omiten su datos por seguridad) implora le dejen ingresar a Estados Unidos pues argumenta, ella y su familia ya no pueden regresar a vivir a su natal Irimbo toda vez que el crimen organizado les da solo dos opciones, o pagar cuota por vivir en paz o integrarse a sus filas.
La señora comparte que, a estas alturas, derivado de la inseguridad en la región de donde salió, ya no es posible siquiera confiar en sus propios parientes ya que varios de ellos han sido obligados a integrarse a algún grupo delincuencial de los que se disputan las plazas, y ellos mismos terminan por dar información de quienes viven de forma honrada.
Al testimonio de esta señora se le suma el relato de otra chica proveniente de Michoacán quien refiere que su ciudad, la cual tuvo que dejar también por inseguridad, es disputada por dos cárteles, que le solicitan fuertes cantidades de dinero y amenazan con llevarse a niños y hombres.
Apenas el 29 de octubre pasado los delincuentes levantaron a uno de sus hermanos del cual no sabe nada a la fecha y por eso debió huir, señalando además la imposibilidad de entablar una denuncia ya que las autoridades están asociadas con las propias organizaciones delictivas.
Ellas forman parte de un grupo de migrantes que se encuentran en Tijuana con el objetivo de solicitarle a Estados Unidos que agilice el trámite de solicitudes de asilo político, al acusar que los gobiernos municipal, estatal y federal les han abandonado a su suerte y temen por sus vidas ante la indiferencia del Estado Mexicano, reportó el medio fronterizo tijuanaenlinea.com
Ambas michoacanas son parte de la estadística de personas desplazadas que se encuentran en el albergue Ágape, donde se han manifestado con pancartas y gritos frente al consulado general de Estados Unidos en Tijuana demandando agilidad para el trámite de recepción para sus solicitudes.