STAFF/ Eliza Flores-@eliz_ffp
A mediodía, en uno de los jardines del área conocida como «el Planetario», donde habitualmente los dueños de perritos suelen pasearlos y educarlos, hoy se reunieron caninos y amigos de Frida Maya Cervantes para realizar un homenaje luctuoso y darle el último adiós.
Entre flores, sobre una mesa se postraron las cenizas de la activista, así como un micrófono para que los amigos de Maya pudieran expresarse tras la pérdida, de tan singular persona.
Entre lágrimas los asistentes recordaron la incansable labor de la adiestradora canina, luchadora incansable de los derechos de los animales y sobre todo la labor altruista que hizo durante años con los perros de la calle.
El primero en tomar la palabra fue su hermano, Hirepan Maya, quien dejó sobre una mesa los restos de Frida, e invitó a los asistentes a hablar y despedirse de la animalista.
La madre de la activista también dirigió unas palabras a los presentes, hizo saber el dolor que como mamá la invade, tras la pérdida de su hija.
«Estoy devastada, desolada, pero me llega el apoyo de todos ustedes que están con nosotros, Frida nos deja un gran legado de amor, para los animalitos que no saben hablar, pero bien que se saben expresar», dijo frente a todos.
Quien además relató que al regreso del velorio, sus tres perros han sentido la tristeza que vive, por lo que sus caninos no se le han despegado en ningún momento, siendo un apoyo amoroso en este momento tan difícil.
Los asistentes llegaron con flores y sus caninos, las personas permanecieron en el lugar escuchando las palabras, que se elevaron para desearle a Maya un buen viaje de regreso a las estrellas.
Los caninos no dejaban de ladrar deseosos de poder correr y jugar en el jardín, un espacio que reconocen como espacio de esparcimiento, el cual hoy se tomó para recordar la vida de la mujer que se dedicó a rescatar muchos animales durante toda su trayectoria como profesionista y activista.
Los amigos tomaron el micrófono para recordar su vida, entre risas algunos revivieron sus audios divertidos que dolía mandar por WhatsApp, sus posteos educativos en redes sociales, el trabajo que hizo como educadora y sobre todo el despertar de «conexión» que lograba entre los dueños que no entendían a sus perritos.
Quedé fascinada en cómo entiende, me enamoró como quería los animales, fue así como ella me dijo oye Ana, porque no te metes a los paseos, y así empecé, Maya me fue recomendado con cada vez más personas, mientras yo seguía estudiando», dijo una de sus compañeras de trabajo, quien entre lágrimas y voz entrecortada invitó a todos a no olvidar su labor, quien demostraba no solo ayudar a los animales, sino también a las personas que la rodeaban.
Otra de sus amigas habló sobre todo el tiempo de amistad que tuvieron, recordó tiempos difíciles que pasó, y ante todos los presentes agradeció la vez que Frida Maya le llevó despensa a su casa para tener algo que llevarse a la boca.
Desde el pasillo de las personas ilustres en el Planetario también se elevaban los aplausos cada que alguien tomaba el micrófono para relatar una historia, esas historias que cada uno de los amigos llevará en el corazón durante toda su vida, vidas que quedaron marcadas por el trabajo que hizo Frida Maya Cervantes por su paso en este mundo.
