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En cuarentena muchos han comenzado a subir de peso, lo cual preocupa casi al mismo nivel que contagiarse de coronavirus, pues debido al confinamiento muchas personas han cambiado sus hábitos alimenticios.
Además, algunas personas pueden llegar a experimentar ansiedad con el encierro y el temor por contagiarse lo cual los llevaría a descuidar su alimentación, así como tener poca o nula actividad física ocasionando prácticamente que se haga engrudo la panza.
Gabriel Quiroz, especialistas del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”, explicó que el confinamiento ha desequilibrado los hábitos alimenticios saludables y el ejercicio se ha dejado de lado porque, o no hay espacio en casa o porque se ha caído en el estrés o la depresión.
“Las personas, durante esta cuarentena, tienden a dos cosas: a mal pasarse o han hecho conciencia sobre sus hábitos de alimentación”.
Por lo que es recomendable hacer ejercicio en medida de lo que nos permita el espacio del que disponemos, así como cuidar más los alimentos y procurar que estos sean sanos y no las papitas que compraste.