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En Michoacán ya -casi- no hay abejas, lo cual es un asunto muy grave pues se rompe el proceso natural de polinización de flores y frutos, y en gran parte se debe a los procesos de deforestación, uso de agroquímicos y cambio de uso de suelo para fomentar el cultivo de aguacate.
De tal manera que ahora, el estado debe importar abejas para la protección de los ecosistemas locales, por lo que Chihuahua se ha convertido en un estado exportador de dichos insectos enviados a Michoacán, concretamente en zonas aguacateras y otros productos de la tierra, fomentando la repoblación del preciado polinizador, para cuidar el equilibrio ambiental.
Así lo dió a conocer Claudia Alarcón Acosta, titular de la Subdirección de Ecología del municipio de Chihuahua capital, municipio que se ha convertido en exportador de panales de abejas a zonas del país donde la población ha descendido, partícularmente a las zonas aguacateras de Michoacán, para lo cual se realizan esfuerzos de conservación, a través de 23 jardines polinizadores, en los que las abejas y otras especies garantizan su supervivencia.
“Estamos sensibilizando a las nuevas generaciones de que este tipo de seres vivos son los más importantes para el ser humano; si empezamos a capacitar desde primaria y secundaria, vamos a hacer un boom para lograr un futuro muy diferente al que ahorita estamos viviendo. Pero necesitamos la sensibilización, si no vamos a darles a entender que este insecto es indispensable para la supervivencia de todo hombre”, expuso la funcionaria mediante comunicado de prensa replicado en diversos medios chihuahuenses.
“La abeja es sumamente importante, porque sin ella, los humanos no nos alimentaríamos ni vestiríamos; es el principal animal polinizador del mundo. De ahí nace nuestra alimentación, los árboles, objetos que utilizamos”, precisó Alarcón Acosta.
Actualmente, señala el comunicado, el cuidado de las abejas en Chihuaha es ya toda una cultura cívica de tal manera que los bomberos acude a llamados para retirar enjambres, ya no usan jabón y agua pues muchas morían en ese procedimiento, el cual ya está a cargo de asociaciones de apicultores quienes extremando el bienestar de las abejas y avispas, retiran los panales y los ponen a resguardo, “para posteriormente ‘exportarlos’ a zonas del país donde ya no hay abejas, como Michoacán”, concluye el boletín.
Con info de El Heraldo de Chihuahua