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Un devastador terremoto de magnitud 7.7 sacudió la región de Myanmar y Tailandia, causando estragos en varias ciudades.
En Bangkok, un rascacielos en construcción de 30 pisos colapsó, atrapando a decenas de trabajadores bajo toneladas de escombros. El sismo se sintió en toda la región, generando pánico entre la población.
Las autoridades tailandesas confirmaron al menos 144 muertos y más de 700 heridos, además de reportes de numerosas personas desaparecidas. Los equipos de rescate trabajan a contrarreloj para encontrar sobrevivientes entre los escombros del edificio derrumbado, mientras hospitales y refugios se llenan con afectados por la tragedia.
El epicentro del sismo se localizó en el noroeste de Myanmar, cerca de la frontera con Tailandia, una zona que ya ha experimentado actividad sísmica en el pasado. Sin embargo, la magnitud del movimiento telúrico y la proximidad a centros urbanos densamente poblados han agravado el impacto. Edificios en Mandalay y otras ciudades birmanas también sufrieron daños estructurales severos.
Las autoridades han declarado estado de emergencia y han solicitado apoyo internacional para las labores de rescate y reconstrucción. Equipos especializados de países vecinos ya han comenzado a llegar a la zona afectada, mientras Tailandia y Myanmar movilizan recursos para atender a los damnificados.
En Myanmar, el terremoto ha causado más de 140 muertes y más de 700 heridos, con infraestructuras gravemente dañadas en ciudades como Mandalay. El gobierno tailandés ha ordenado una inspección inmediata de otros edificios en construcción para evitar más colapsos, mientras que expertos advierten sobre posibles réplicas que podrían agravar la situación.