Bajo La Lupa… Desaparición Del Seguro Popular, La Tragedia
Veo a miles de mexicanos desamparados, sin acceso a la salud en consecuencia de la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar, el INSABI, me obligo a levantar la voz desde mi trinchera y denunciar la injusticia que está representando para los mexicanos
He defendido a capa y espada, el derecho que tiene el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR a hacer y deshacer lo que se le antoje, al igual que lo han hecho los últimos 20 o 30 presidentes de la república, por la simple razón de que se ganaron en las urnas ese derecho y a sus opositores, en lugar de lloriquear, deben de asumir una actitud de oposición honesta, combativa y vertical.
Aún al observar a las cientos de madres de familia que se quedaron sin el servicio de las guarderías infantiles, de los miles de trabajadores de las diversas secretarías de estado en el interior del país, que se quedaron sin trabajo, cuando decidió tirar al basurero cientos de miles de millones de pesos al cancelar el proyecto del AICM, me quedé callado y acepté las acciones de AMLO como cuando vi a ECHEVERRÍA tirara el dinero, a LÓPEZ PORTILLO nacionalizar la banca o a SALINAS vender las empresas del estado a precios de regalo entre sus cuates.
Pero hoy, cuando veo a miles de mexicanos desamparados, sin acceso a la salud en consecuencia de la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar, el INSABI, me obligo a levantar la voz desde mi trinchera y denunciar la injusticia que está representando para los mexicanos, que una falta de planeación de quienes idearon la desaparición del seguro popular, no planteó un esquema de transición, que evitara la suspensión de los servicios de salud.
CAOS Y DESINFORMACIÓN.
Esta mañana, después de escuchar un reportaje televisivo al respecto, me trasladé al interior del Hospital Civil “DR. MIGUEL SILVA” de esta ciudad capital y pude cerciorarme de lo que en dicho nosocomio estaba sucediendo, pues desde el pasado 1 de enero, a todo derechohabiente del seguro popular se le empezó a negar el servicio y a los hospitalizados o en tratamiento, se les notificó que tendrían que hacerse cargo de los gastos de la atención médica.
Pude presenciar dramáticos casos de personas sin recursos para comprar medicamentos, material quirúrgico, prótesis, etc., de sus familiares enfermos, sin que las autoridades de salud, les dieran una explicación satisfactoria y la orientación necesaria para resolver lo que se les convirtió en un fatal problema, en una verdadera tragedia en algunos casos.
La falta de planeación en el cambio institucional, es evidente, pues solo baste considerar algunos datos, para darnos cuenta de la dimensión de tal cambio y sus implicaciones, pues de los datos de que se disponen, se afirma que el seguro popular tenía una población derechohabiente de aproximadamente 51 millones de mexicanos y el IMSS junto al ISSSTE, tienen una derechohabiencia de 45 millones de mexicanos.
CON INSABI, 27 MILLONES MÁS DE DERECHOHABIENTES.
Así las cosas, según datos del INEGI, el 23% de los mexicanos están fuera de alguna cobertura de salud, pública o privada, de manera que 27 millones 600 mil mexicanos se encuentran fuera de los servicios de salud, los que de acuerdo al decreto de creación del INSABI, se incorporarían de inmediato al sistema de salud mexicano.
De manera pues, que a partir del 1 de enero de este 2020, los derechohabientes del seguro popular que se incorporarían al INSABI, se incrementarían en un 50% de la noche a la mañana, pues de atender a 51 millones de personas, ahora atenderán 78 millones de mexicanos, solo que… ¿Y la infraestructura para atenderlos? Dicha infraestructura debería de crecer cuando menos en un 50 %. Si, 50% más de hospitales, 50% más de médicos, 50% más de especialistas y que se sepa, ni un solo ladrillo se ha integrado.
Pero sí el sistema de salud nacional no ha crecido para atender las expectativas del INSABI, tampoco se les ocurrió instrumentar el proceso de transición administrativo de la institución que desaparece y la institución que se crea, pues hay que puntualizar, el sistema de salud en el país, está bajo la administración de los gobiernos estatales y no del gobierno federal.
En esa tesitura, era necesario crear e instrumentar, todo un proceso de federalización del sistema de salud nacional, de manera que, al ser paulatino, la atención a la derechohabiencia no disminuiría y mucho menos desaparecería como está sucediendo o en su caso, un esquema de convenios con los gobiernos estatales, para contratarles sus servicios de salud.
¿Y EL GOBIERNO ESTATAL?
Si bien es cierto que es responsabilidad del gobierno federal, el que el proceso de transición del seguro popular en INSABI esté fallado, también lo es, que los gobiernos de los estados tenían la obligación de prever que el gobierno federal no estaba haciendo bien las cosas y que había que tener un “Plan B” a fin de que la ciudadanía no se quedara desamparada.
Hoy, el gobierno del estado no ha dado una respuesta contundente al respecto a los michoacanos, simplemente como las garzas, ha metido la cabeza en la tierra, en espera de una reacción de la federación, lo cual me parece inadmisible, pues lo correcto es continuar dando el servicio a los michoacanos y gestionar de inmediato una respuesta del gobierno federal.
25 MIL DESPEDIDOS DEL SEGURO POPULAR.
Si para la derechohabiencia del seguro popular, la transición a INSABI ha resultado una tragedia, qué decir de los casi 25 mil trabajadores del seguro popular que a partir del 1 de enero se quedaron sin trabajo en todo el país, cuyas familias, de aquí en adelante, sufrirán las consecuencias de la fuerza de la cuarta transformación, cuyo rumbo no repara en los daños colaterales.
En Michoacán, se tiene estimado según fuentes consultadas por este columnista, que al menos 800 trabajadores del seguro popular que estaban por años, contratados bajo la modalidad de “Honorarios”, se quedaron sin empleo y en el caso de médicos y enfermeras, éstos están trabajando en la incertidumbre, pues no les han dicho si les renovarán sus contratos o serán despedido. Anarquía y desinformación total.