La opinión de Alejandra Ortega…Bolivia otra vez en la trampa del Foro de Sao Paulo
e complica la situación en Bolivia, luego de diversas denuncias de fraude durante el proceso electoral que culminó, arrojando resultados muy cerrados para los candidatos Evo Morales, que busca reelegirse para un cuarto mandato, y Carlos Mesa, que fue ya presidente interino de 2003 a 2005.
By: Alejandra Ortega
Pero ya entrada la noche, los conteos los detuvieron de pronto y hasta ahora no se han reanudado, pese a las observaciones y llamados hechos tanto por la OEA, como por el gobierno de Estados Unidos para transparentar el proceso.
Todo esto está provocando malestar e inconformidad por parte de la población, en un asunto que tendría que haber caminado naturalmente, pues era inminente la segunda vuelta para definir al próximo presidente de el país sudamericano, dada la cerrada diferencia entre ambos.
Así, Mientras Evo Morales obtiene el 45.28% de los votos, Carlos Mesa logra el 38.16% de los sufragios.
La población se divide prácticamente entre éstas dos opciones.
Sin embargo, es curioso cómo los ciudadanos creen que se trata de personajes antagónicos, a pesar de que tanto Evo como Carlos son representantes de la izquierda, de la misma izquierda marxista latinoamericana, alimentada por el Foro de Sao Paulo.
Pero las opiniones y comentarios sobre el “contrincante” de Evo, sobre todo en redes sociales, permiten observar que muchos lo ven como un opositor al régimen actual, lo creen de una izquierda más moderada, que incluso es afín al Grupo de Lima, el cual lo integran los gobiernos de centro o centro-derecha de América Latina..
La trampa del Foro de Sao Paulo, e incluso del recién creado Grupo de Puebla, es bastante clara y no menos maquiavélica: Crear una oposición ficticia, que puedan controlar y que sea parte del mismo sistema liberal progresista, para mantener el poder sin mayores problemas.
Carlos Mesa es afín al grupo de Evo Morales, son aliados, son izquierda, en un momento en el que no existe una izquierda moderada o menos radical.
Hoy la izquierda es la misma, manejada desde los mismos grupos de poder.
Carlos Mesa tiene un discurso progresista, en el que enarbola las banderas de la ideología de género; está a favor del aborto, de la inclusión de las minorías, entre estas de los indígenas. El periodista e historiador tiene además cercanía con los jesuitas.
Durante el conflicto conocido como “La guerra del gas”, Carlos Mesa rompió con el entonces presidente del país, siendo él vicepresidente y luego fue electo interino, abriendo las puertas para que el entonces líder indígena, Evo Morales, llegara sin problemas al poder.
Por ello la oposición a Evo Morales ha advertido que si quieren ver fuera al presidente, tendrían que haber votado por el candidato Oscar Ortíz y no por Mesa.
Sin embargo, todo parece estar bastante bien armado para que la izquierda latinoamericana siga ganando territorios y consolidando su hegemonía en la región, a pesar de los pesares y aún provocando conflictos internos, con pretextos que parecen muy absurdos.