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Mikel Arriola, ex director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señaló que durante el periodo en el que estuvo al frente del organismo y al entregarlo a su sucesor, Germán Martínez (quien presentó su renuncia el día de ayer martes), la dependencia se encontraba en buen estado.
Respecto a la renuncia de Martínez, el también ex candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México señaló que respeta su decisión, pero también aprovechó para señalar que cuando (Mikel) asumió la dirección lo encontró quebrado y que buscó que el IMSS contará con un estado de finanzas optimo, para lo que se estableció una política equilibrada de gastos.
«El IMSS estaba quebrado cuando llegamos, nuestra intensión con la Secretaría de Hacienda era que teníamos que cortar esa brecha, garantizar la viabilidad financiera del IMSS. Se generó una política de equilibrio del gasto, revisar dónde habría oportunidades y a partir de 2016 se logró generar superávits”.
Finalizó asegurando que al final de su estancia en el puesto, en 2017 se logró un superávit casi de 2º millones de pesos, además de que dejó reservas financieras por 70 mil millones de pesos, lo que permitió ampliar la infraestructura sin sacrificar la calidad del servicio.