Rebelde a los 15… Yo sí te creo
La mejor manera en la que puedo describir la situación actual es que el mundo se está encendiendo. ¿Y es eso malo? No, no en realidad.
By: Itzia Ramos
La mejor manera en la que puedo describir la situación actual es que el mundo se está encendiendo. ¿Y es eso malo?
No, no en realidad.
(Sobre el caso de Armando Vega Gil, sé que ya ha recibido gran cobertura… y este movimiento no se merece ser solamente asociado a un suceso tan lamentable. Por ello, aquí no hablaré de él.)
Debo admitir, arrepentidamente, que mi primerísimo instinto fue ser escéptica… parecía muy raro que tantas personas al mismo tiempo comenzaran a denunciar. Y entonces me cayó el 20: no era raro, no era inusual, esto venía pasando toda la vida. Tan sólo que no se atrevían a denunciar, por nuestro mismo escepticismo, porque saben que serán revictimizadas.
Porque si son anónimas son «cobardes» y si dan su nombre son «interesadas». Porque les preguntarán que llevaban, qué actitudes tenían que pudieran insinuar algo, a qué horas fue porque «las mujeres deben estar en su casa a las 12». Y porque cuando levanten la voz, dirán que es algo «perverso, una cacería de brujas». Porque todas las personas, no importan lo poco que se hayan molestado en educarse sobre el tema, tendrán una opinión y la gran mayoría será «tú te lo buscaste»… o era.
El #MeToo mexicano es el perfecto ejemplo de sororidad, el momento cumbre donde se promete nunca más guardar silencio. Haya sido hace dos horas o dos décadas, una experiencia como estas deja una marca extremadamente difícil de sanar en la víctima… no es algo que se pueda sólo «perdonar», mucho menos que se deba. Si la persona que fue abusada tuvo que pasar por mucho para seguir adelante, no veo la injusticia en que los agresores sufran las consecuencias de sus actos, que salga a la luz a quiénes han herido.
No se trata de acusar a diestra y siniestra como tantas personas dicen, se trata de que se sepa que con cada acto hay una consecuencia y aquí no será la excepción, que se piensen dos veces antes de actuar. Como dicen, el miedo está cambiando de bando. Parece que poco a poco, nuestro mundo se convierte en uno donde ya no tendremos que temer cada día, cada hora. Está saliendo todo lo que yacía bajo la mesa, ya no tendrán más la comodidad de la impunidad.
No necesito que me digan que menos del 1% de las denuncias son falsas, que te excuses, que te disculpes o que me expliques por qué estabas ahí, por qué vestías eso o hablabas con ciertas personas. Tú NO eres responsable. No importa si nunca te he conocido, yo sí te creo, y lo seguiré haciendo. Te admiro por tu fuerza y espero que tengas la justicia que mereces.
Pues, si con todo estos retos que acabo de explicar tú denuncias, lo menos que yo puedo hacer es apoyarte y defenderte.Itzia Ramos, ferviente defensora de la libertad y de los tacos al pastor con piña. Escribe poesía en su tiempo libre.