Ciudadanos Emergentes… La Ecología
By: Lic. Arturo Ismael Ibarra
La ecología es el estudio de las relaciones existentes entre los organismos vivos, incluidos los seres humanos, con su ambiente físico; se trata de comprender las conexiones fundamentales que vinculan a las plantas, los animales y a su vez al mundo que les rodea.
La Ecología también proporciona información vital sobre los beneficios de los ecosistemas y cómo podemos utilizar los recursos de la Tierra de manera que las generaciones futuras puedan gozar de un Medio Ambiente saludable.
“Se habla mucho de la ecología y de los problemas del Medio Ambiente, pero es importante saber qué papel juegan exactamente en nuestro día a día estos conceptos, cómo nos afectan y de qué forma el estudio de los mismos nos ayudan a preservar y a recuperar la salud de nuestro planeta.”
La Ecología comenzó pues a ser mundialmente conocida ahora hace 40 años. Una ciencia que comenzaba llamando la atención a todos los gobiernos del planeta, acerca del camino hacia el precipicio de la civilización industrial con ojos puestos solamente en el crecimiento económico sin respetar la Naturaleza. Una voz que sigue hoy levantándose (Río + 20), pero no ya sólo desde los y las profesionales de esta ciencia, sino desde una creciente concienciación social acerca de la problemática referida. Sin duda, la Ecología está ya en las entrañas de nuestra sociedad, aunque cueste comprometerse en serio con la implicación de sus enseñanzas.
Y no sólo desde la dimensión aludida, en relación a la lucha contra los graves problemas ambientales, sino desde la investigación para comprender las respuestas a los estreses que sufren los ecosistemas (contaminación), y tratar de su restauración (salud de ecosistemas), los ecólogos siguen trabajando. Pero muchos de nosotros nos identificamos con la idea de que la ecología, más allá de su tradicional enfoque de estudio de los ecosistemas, puede ser considerada como una “filosofía de la vida” como argumentaba el ecólogo Ramón Margalef. Y es que la Ecología muestra que toda la vida está interconectada.
La participación social en temas como el calentamiento global, la disposición de agua, la deforestación, los patrones de producción y consumo, así como en los principios y valores que sustentan a esta sociedad, es muy importante
Partir de actividades cotidianas como transportarnos, asearnos, viajar, cocinar o comprar productos, y los impactos de éstas en el ambiente, es importante reflexionar en nuestros hábitos de consumo y actitudes hacia el cuidado y protección del ambiente.
En nuestra casa, trabajo, comunidad o escuela podemos iniciar actividades concretas para mejorar el entorno. Para lograrlo necesitamos observar nuestro alrededor e identificar alternativas menos dañinas al ambiente, cambiar conductas y tomar decisiones basadas en el mejoramiento de la calidad de vida.
No tires basura en las calles. Evita quemar basura, hojas y otros objetos, así como hacer fogatas en bosques o en plena ciudad. Riega las plantas durante la noche o muy temprano, cuando el Sol tarda más en evaporar el agua. Reutiliza el agua que juntaste de la regadera y de lavar las verduras para regar las plantas o el jardín.
En la escuela reduce la cantidad de residuos que generas, para tus bebidas en la escuela o el trabajo utiliza contenedores que se puedan usar muchas veces. Emplea productos en envases rellenables. Reutiliza al máximo todos los artículos o productos antes de deshacerte de ellos. Por ejemplo, usa las hojas de papel por ambos lados; transforma las latas en lapiceros, joyeros o macetas. ¡Dale vuelo a tu imaginación! Desecha sólo lo que ya no se pueda volver a usar.
En el recreo procura comer frutas y verduras y bebe agua pura para quitarte la sed. Los residuos orgánicos, como cáscaras de frutas y verduras, sobrantes de comida servilletas de papel, pasto, hojas, ramas, entre otros, deberán ir en un contenedor especial. Con la materia orgánica puede producirse composta, la cual sirve como abono natural de hortalizas y árboles o para enriquecer el suelo.
Clasifica los residuos inorgánicos en forma independiente según su tipo; aplasta las latas de aluminio para reducir su volumen; junta y aplasta todos los envases y botellas de plástico, esto facilita su clasificación y reciclaje. Enjuaga los envases usados de cartón y aplástalos para facilitar su acopio.
En el hogar limpia pisos, paredes y vidrios con dos cubetas de agua; una para limpiar y otra para enjuagar. No abuses de los productos de limpieza. Aprovecha el agua jabonosa para lavar los escusados. Si la del enjuague está libre de productos de limpieza, utilízala para regar las plantas o el jardín.
Antes de lavar los trastos, retira los residuos orgánicos (comida) y deposítalos en un bote o bolsa; no los arrojes por el drenaje ni los revuelvas con los residuos inorgánicos. Remoja los trastos de una sola vez; si tienen mucha grasa, utiliza agua caliente. Enjabónalos con la llave cerrada y enjuágalos rápidamente bajo un chorro moderado. Cuida que la llave del fregadero no gotee. Cambia los empaques cada vez que sea necesario. Instala un economizador de agua. Es un dispositivo barato y fácil de colocar.
Lava las verduras en un recipiente con agua; tállalas con los dedos o con un cepillo y desinféctalas. Reutiliza esta agua para el escusado o regar plantas. Si lavas la ropa en el lavadero, no desperdicies el agua. Reutiliza el agua con la que enjuagaste para remojar la siguiente tanda de ropa sucia. Utiliza la lavadora sólo para cargas completas. Esto ayuda a ahorrar agua y energía eléctrica. Talla a mano o con cepillo las partes más sucias de la ropa, para evitar dobles o triples lavadas. Utiliza la mínima cantidad de jabón o detergente. Además de requerir menos agua para enjuagarla, la ropa dura más.
En el trabajo apaga el equipo a tu cargo: CPU,monitor, impresoras, bocinas, reguladores, etc., cuando no lo estés utilizando, y al finalizar tu jornada verifica que tanto los equipos como las luces de tu área de trabajo estén apagadas En caso de que se requiera el uso de Aire Acondicionado: Optimízalo, con mantenimiento preventivo y correctivo, evitando fugas o pérdidas de calor. Utiliza el papel prudentemente y aumenta el uso de archivos electrónicos que permitan disminuir el almacenamiento de papel, con apoyo de scanner.
Evita dentro de lo posible, el uso de desechables, principalmente el unicel. Utiliza vegetación natural, para crear microclimas en espacios interiores y siembra árboles al exterior, alrededor del edificio. Propicia en tu oficina las compras verdes, estableciendo criterios ambientales. Al enviar documentos por mensajería, coméntalo con tus compañeros, así aprovecharás un solo embarque. Prográmalo sólo una vez al día, para evitar llamar constantemente a la empresa de mensajería y disminuir costos.
Utiliza preferentemente el correo electrónico para envío de documentos, en especial si lleva varios C.C.P. (Oficios, informes, memorandums, etc.) Aprovecha al máximo la luz y ventilación natural. Reduce el uso de tu automóvil en la medida de lo posible
Procura transportarte junto con otras personas y emplear más a menudo el transporte público. Evita que se sobrellene el tanque de gasolina. Así se evitan derrames y que se evaporen los compuestos de gasolina. Procura afinar tu coche y llevarlo periódicamente al servicio. Asegúrate de que los neumáticos tengan la presión de aire adecuada. Esto mejorará el desplazamiento del vehículo y ayudará a ahorrar gasolina.
No conduzcas a altas velocidades y evita frenar o arrancar repentinamente, ya que esto genera un mayor consumo de combustible. Si tu familia piensa cambiar de coche o adquirir uno, convéncelos de que sea uno con una tecnología que permita una reducción de las emisiones de contaminantes. Los productos o servicios que consumimos tienen su origen en los recursos naturales. Estar conscientes de lo que compramos nos permitirá tomar decisiones y consumir con responsabilidad.
Recuerda, entregar a las futuras generaciones un planeta donde puedan tener una vida digna depende de lo que hagamos hoy. Por eso, cuando compres: Adquiere sólo lo que necesites; revisa la información en la etiqueta y compara precios. Prefiere productos con empaques fabricados con materiales reciclables; con ello contribuyes a que se consuman menos recursos naturales.
Compra productos empacados de forma más sencilla y con menos plásticos. Reduce al mínimo el uso de productos desechables y elige envases retornables. Prefiere los productos cuyos envases de plástico tengan el logotipo de reciclable o reciclado. Reutiliza las bolsas del súper para las compras. Compra limpiadores y productos de limpieza que en la etiqueta diga que son biodegradables. Si depositas el papel higiénico en el escusado, cómpralo blanco, ya que el de color contamina el agua. Compra de preferencia productos elaborados localmente.
Nunca compres productos derivados de especies en peligro de extinción, como corales, carey, huevos de tortuga, plumas de aves o pieles de animales. No compres animales exóticos como mascota. En Navidad, prefiere un árbol natural mexicano, revisa que haya sido cultivado en plantaciones forestales y que cumpla la norma establecida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. De esta manera ayudas a conservar los bosques y a las comunidades rurales del país.
Prefiere árboles con raíz para poder plantarlos más tarde en un jardín o una maceta. Consume productos orgánicos, es saludable, amigable con el medio ambiente y favorece la conservación de la diversidad de especies agropecuarias y forestales mexicanas.
Come mucho más frutas y verduras, y más verduras verdes. Come menos harinas refinadas y más harinas integrales. Busca alimentos de temporada, son más económicos. Bebe agua pura para quitarte la sed.
La creciente generación de residuos y su manejo inadecuado ocasionan problemas de salud, una desagradable imagen en los campos y ciudades, así como la contaminación del suelo, el agua y el aire. Esto se debe principalmente al aumento de la población y a las formas de producción y consumo basadas en una cultura de desperdicio.
La basura se crea al mezclar los residuos sólidos de todo tipo (orgánico e inorgánico). Todos podemos contribuir a reducir la cantidad de basura si practicamos las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. La creciente generación de residuos y su manejo inadecuado ocasionan problemas de salud, una desagradable imagen en los campos y ciudades, así como la contaminación del suelo, el agua y el aire. Esto se debe principalmente al aumento de la población y a las formas de producción y consumo basadas en una cultura de desperdicio. La basura se crea al mezclar los residuos sólidos de todo tipo (orgánicos e inorgánicos). Todos podemos contribuir a reducir la cantidad de basura si practicamos las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.
Reduce la cantidad de residuos que generas. Prefiere lavar que desechar: en fiestas y días de campo emplea utensilios lavables; para tus bebidas en la escuela o el trabajo utiliza contenedores que se puedan usar muchas veces. Emplea productos en envases rellenables. Reutiliza al máximo todos los artículos o productos antes de deshacerte de ellos. Por ejemplo, usa las hojas de papel por ambos lados; transforma las latas en lapiceros, joyeros o macetas; utiliza las bolsas del súpermercado para los residuos o futuras compras; usa los frascos de vidrio para guardar otras cosas; fabrica juguetes con cajas usadas. ¡Dale vuelo a tu imaginación! Desecha sólo lo que ya no se pueda volver a usar.
Aprovecha el agua jabonosa para lavar los escusados. Si la del enjuague está libre de productos de limpieza, utilízala para regar las plantas o el jardín. Organiza ventas de garaje de los artículos que ya no te son útiles pero que pueden servir a otras personas. La donación es una buena práctica. Reciclar es más fácil si separas tus residuos (orgánicos e inorgánicos).
Te invito a utilizar y enriquecer este material con tu creatividad y experiencia para fomentar una cultura ambiental en todo el país. Enseña a tus hijos estos hábitos desde pequeños.
Arturo Ismael Ibarra Dávalos. Licenciado en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Catedrático de la misma en la Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas. Preside la asociación civil “Bien Común Michoacán” y la sociedad civil “Por la Mejora en el Ámbito del Trabajo” (Laborissmo). Es Secretario General del Foro Política y Sociedad.
Correo electrónico de contacto arturoismaelibarradavalos@hotmail.com