Monjas Rompen Silencio Y Denuncian Abuso Sexual Por Parte De Religiosos
STAFF/@michangoonga
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500 mil monjas han decidido romper con «Cultura del silencio y el secreto» y denunciar abusos sexuales por parte de religiosos.
Organización internacional de monjas católicas rompieron el silencio y procedieron a denunciar a la “cultura del silencio y el secreto”, la cual tiene varias acusaciones de abusos sexuales por parte de superiores religiosos.
Este grupo de religiosas aseguró que evidenciaran este caso de abuso y que reportaran cada abuso con los policías y a los superiores.
La organización se llama Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), está integrada por 500 mil monjas de todas partes del mundo, comprometidas a destapar los abusos de religiosos supremos para exponerlos a la justicia.
Este escándalo estalló en un comunicado en la víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de la ONU, en la que UISG la cual tiene sede en ROMA, reveló los abusos que van de desde que los agravios a religiosas por parte de sacerdotes y obispos.
Este grupo de mojas dieron a conocer que el Vaticano tenía conocimiento desde hace décadas, pero que hasta la fecha no han hecho algo para detener estos abusos que incluyen a niños.
Tras las polémicas declaraciones, el dicho grupo condenó a lo que le llaman el “patrón de abuso que prevalece en la Iglesia y en la sociedad actual”, citándolo como abuso sexual, verbal y emocional que indignaban a las víctimas.
“Condenamos a los que apoyan la cultura del silencio y el secreto, a menudo con el pretexto de ‘proteger’ la reputación de una institución o considerándola ‘parte de su cultura’”, dijo el grupo.
“Abogamos por denuncias civiles y penales transparentes de los abusos, ya sean dentro de congregaciones religiosas, a nivel parroquial o diocesano o en cualquier espacio público”, agregó.
Una investigación halló que en Europa, África, Sudamérica y Asia se dieron casos de abusos de sacerdotes a monjas, subrayando que el estatus de segunda de las religiosas en la Iglesia ha contribuido a un desequilibrio de poder por el que las mujeres pueden ser maltratadas por los hombres con casi total impunidad.
